2 de noviembre de 2015

Fastiginia: La Biblioteca del Colegio de San Gregorio en un dibujo de Valentín Carderera de 1837

Biblioteca del Colegio de San Gregorio. Valentín Carderera, 1837
Fundación Lázaro Galdiano, Madrid
Estampas y recuerdos de Valladolid

El 3 de noviembre de 2014, hace ahora un año, presentábamos en esta sección los dibujos realizados por Valentín Carderera reproduciendo el aspecto de la fachada y el patio del Palacio Real tal como él los pudo conocer personalmente, un documento gráfico impagable para la historia de nuestro patrimonio. Hoy recurrimos de nuevo a un documento testimonial elaborado por este pintor, arqueólogo, historiador de arte y coleccionista, durante su estancia en Valladolid a partir de 1836.

Otra vez nos encontramos ante un dibujo coloreado a la acuarela, cuyo original se conserva en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid, que nos ayuda a reconstruir mentalmente un enclave monumental de la ciudad, en este caso el aspecto de la que fuera la importante biblioteca del histórico Colegio de San Gregorio, muy próxima a la célebre biblioteca reunida por el Conde de Gondomar en el palacio que hoy conocemos como Casa del Sol. Uno y otro edificio actualmente forman parte de las dependencias reconvertidas en Museo Nacional de Escultura.

La antigua biblioteca del Colegio de San Gregorio convertida en las
actuales salas del Museo Nacional de Escultura
Tenemos que recordar que tras la Desamortización de Mendizábal de 1835 algunos edificios exclaustrados conocieron un destino incierto, hecho que despertó la inquietud de artistas e intelectuales que plantearon la necesidad de salvaguardar y proteger muchos monumentos españoles que, sin una funcionalidad efectiva, corrían el riesgo de desaparecer para siempre al estar abocados a la ruina, en muchos casos víctimas de la rapiña institucional.

Con el fin de inventariar los monasterios desamortizados en las provincias de Valladolid, Palencia, Burgos y Salamanca, en 1836 Valentín Carderera era comisionado por el gobierno español para realizar esta misión, para lo que emprendió un periplo por estas provincias de la región, conocida por entonces como Castilla la Vieja, que tendría continuidad por otras tierras de España.

Fue entonces cuando recala en Valladolid, una ciudad floreciente en el siglo XIX que en esos tiempos conocía una radical transformación desde su condición de ciudad levítica o conventual a otra industrializada y cosmopolita de acuerdo a los nuevos tiempos, expuesta en muchos casos a tener que sacrificar edificios históricos y monumentales en aras del progreso, como ocurriera con el exterior e interior de la Casa de Berruguete, para adaptarla a su nueva función cuartelaria, o con el Palacio del Almirante, derribado en 1864 para construir el Teatro Calderón, por citar dos ejemplos que también fueron dibujados por Valentín Carderera permitiéndonos conocer su aspecto original.

Elementos originales de la biblioteca del Colegio de San Gregorio
conservados en el Museo Nacional de Escultura
Eso mismo ocurre con este dibujo de la que fuera biblioteca del Colegio de San Gregorio, cuyos espacios, que recreó el pintor incluyendo un pequeño escritorio y personajes ambientados en el siglo XVII, todavía son perfectamente identificables en las actuales dependencias por algunos de los elementos originales conservados. Entre ellos la sala del primer plano, cubierta por armadura mudéjar ochavada, apeada sobre trompas y decorada por casetones dorados y una gran piña de mocárabes en el centro, así como por un friso con los emblemas del fundador, todo ello original. Otro tanto ocurre con el arco carpanel, parcialmente conservado, que comunica con la sala contigua y que presenta el intradós decorado con casetones renacentistas.

Más difícil es identificar la gran sala contigua, en cuyos muros se aprecian los preceptivos estantes, cubierta por una enorme cubierta mudéjar que fue desmontada en el siglo XIX. Actualmente este espacio está cubierto por una techumbre moderna de madera, con función de claraboya, y en él se asienta la impresionante sillería de coro procedente del monasterio de San Benito el Real de Valladolid, obra coordinada por Andrés de Nájera.

Cubierta ochavada mudéjar y casetones en el intradós del arco
Al fondo también se aprecia la amplia sala que está cubierta por otro artesonado ochavado original, con decoración mudéjar de lazo, en la que hoy se expone en impactante grupo del Santo Entierro de Juan de Juni.       

Conviene recordar que el Colegio de San Gregorio fue fundado en 1487 por el dominico Fray Alonso de Burgos, Canciller Mayor del reino, obispo de Palencia (a cuya diócesis pertenecía Valladolid) y confesor de la reina Isabel la Católica, ocupando un costado del monasterio dominico de San Pablo, con la finalidad de convertirse en un centro de estudios teológicos, estando dotado, para cumplir su función docente, de patios, aulas, biblioteca, refectorio, salón de grados y sala capitular. Allí se formarían escritores místicos, juristas e inquisidores, conociendo la presencia de personajes tan relevantes como Bartolomé de las Casas, Bartolomé Carranza, Luis de Granada, Melchor Cano o Francisco de Vitoria.

El Colegio, centro de estudios de primer orden, fue escenario de decisiones y debates de gran trascendencia, como la definición de la postura española en el Concilio de Trento, la discusión para dirimir la conveniencia de la lectura de las obras de Erasmo de Róterdam en España o la célebre Controversia de Valladolid, alentada por Carlos V para debatir sobre los derechos de las poblaciones indígenas de América, un hecho extraordinario para su tiempo que se ha considerado como el germen de la futura declaración de los Derechos Humanos.


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