Biblioteca del Colegio de San Gregorio. Valentín Carderera, 1837 Fundación Lázaro Galdiano, Madrid |
Estampas y recuerdos de Valladolid
El 3 de noviembre de 2014, hace ahora un año,
presentábamos en esta sección los dibujos realizados por Valentín Carderera
reproduciendo el aspecto de la fachada y el patio del Palacio Real tal como él
los pudo conocer personalmente, un documento gráfico impagable para la historia
de nuestro patrimonio. Hoy recurrimos de nuevo a un documento testimonial
elaborado por este pintor, arqueólogo, historiador de arte y coleccionista, durante su estancia en Valladolid a partir de 1836.
Otra vez nos encontramos ante un dibujo coloreado a
la acuarela, cuyo original se conserva en la Fundación Lázaro Galdiano de
Madrid, que nos ayuda a reconstruir mentalmente un enclave monumental de la
ciudad, en este caso el aspecto de la que fuera la importante biblioteca del
histórico Colegio de San Gregorio, muy próxima a la célebre biblioteca
reunida por el Conde de Gondomar en el palacio que hoy conocemos como Casa del
Sol. Uno y otro edificio actualmente forman parte de las dependencias reconvertidas
en Museo Nacional de Escultura.
La antigua biblioteca del Colegio de San Gregorio convertida en las actuales salas del Museo Nacional de Escultura |
Tenemos que recordar que tras la Desamortización de
Mendizábal de 1835 algunos edificios exclaustrados conocieron un destino
incierto, hecho que despertó la inquietud de artistas e intelectuales que
plantearon la necesidad de salvaguardar y proteger muchos monumentos españoles que,
sin una funcionalidad efectiva, corrían el riesgo de desaparecer para siempre
al estar abocados a la ruina, en muchos casos víctimas de la rapiña
institucional.
Con el fin de inventariar los monasterios
desamortizados en las provincias de Valladolid, Palencia, Burgos y Salamanca,
en 1836 Valentín Carderera era comisionado por el gobierno español para
realizar esta misión, para lo que emprendió un periplo por estas provincias de
la región, conocida por entonces como Castilla la Vieja, que tendría continuidad por otras
tierras de España.
Fue entonces cuando recala en Valladolid, una
ciudad floreciente en el siglo XIX que en esos tiempos conocía una radical
transformación desde su condición de ciudad levítica o conventual a otra
industrializada y cosmopolita de acuerdo a los nuevos tiempos, expuesta en
muchos casos a tener que sacrificar edificios históricos y monumentales en aras
del progreso, como ocurriera con el exterior e interior de la Casa de
Berruguete, para adaptarla a su nueva función cuartelaria, o con el Palacio del
Almirante, derribado en 1864 para construir el Teatro Calderón, por citar dos
ejemplos que también fueron dibujados por Valentín Carderera permitiéndonos
conocer su aspecto original.
Elementos originales de la biblioteca del Colegio de San Gregorio conservados en el Museo Nacional de Escultura |
Eso mismo ocurre con este dibujo de la que fuera
biblioteca del Colegio de San Gregorio, cuyos espacios, que recreó el pintor
incluyendo un pequeño escritorio y personajes ambientados en el siglo XVII,
todavía son perfectamente identificables en las actuales dependencias por
algunos de los elementos originales conservados. Entre ellos la sala del primer
plano, cubierta por armadura mudéjar ochavada, apeada sobre trompas y decorada
por casetones dorados y una gran piña de mocárabes en el centro, así como por
un friso con los emblemas del fundador, todo ello original. Otro tanto ocurre
con el arco carpanel, parcialmente conservado, que comunica con la sala
contigua y que presenta el intradós decorado con casetones renacentistas.
Más difícil es identificar la gran sala contigua,
en cuyos muros se aprecian los preceptivos estantes, cubierta por una enorme
cubierta mudéjar que fue desmontada en el siglo XIX. Actualmente este espacio
está cubierto por una techumbre moderna de madera, con función de claraboya, y
en él se asienta la impresionante sillería de coro procedente del monasterio de
San Benito el Real de Valladolid, obra coordinada por Andrés de Nájera.
Cubierta ochavada mudéjar y casetones en el intradós del arco |
Al fondo también se aprecia la amplia sala que está
cubierta por otro artesonado ochavado original, con decoración mudéjar de lazo,
en la que hoy se expone en impactante grupo del Santo Entierro de Juan de Juni.
Conviene recordar que el Colegio de San Gregorio
fue fundado en 1487 por el dominico Fray Alonso de Burgos, Canciller Mayor del
reino, obispo de Palencia (a cuya diócesis pertenecía Valladolid) y confesor de
la reina Isabel la Católica, ocupando un costado del monasterio dominico de San
Pablo, con la finalidad de convertirse en un centro de estudios teológicos,
estando dotado, para cumplir su función docente, de patios, aulas, biblioteca,
refectorio, salón de grados y sala capitular. Allí se formarían escritores
místicos, juristas e inquisidores, conociendo la presencia de personajes tan relevantes
como Bartolomé de las Casas, Bartolomé Carranza, Luis de Granada, Melchor Cano
o Francisco de Vitoria.
El Colegio, centro de estudios de primer orden, fue
escenario de decisiones y debates de gran trascendencia, como la definición de
la postura española en el Concilio de Trento, la discusión para dirimir la
conveniencia de la lectura de las obras de Erasmo de Róterdam en España o la
célebre Controversia de Valladolid, alentada por Carlos V para debatir sobre
los derechos de las poblaciones indígenas de América, un hecho extraordinario
para su tiempo que se ha considerado como el germen de la futura declaración de
los Derechos Humanos.
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Muy interesante
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