El paso Camino del Calvario en la Gemäldegalerie de Berlín |
Después de una larga estancia en Alemania desde
julio de 2016, donde ha participado en la muestra "El Siglo de Oro. La era
de Velázquez", que con gran éxito se ha presentado en la Gemäldegalerie de
Berlín (de julio a noviembre de 2016) y en la Kunsthalle de Múnich (de noviembre de 2016 a marzo de 2017), el pasado 3 de abril ha regresado a
Valladolid el paso "Camino del Calvario", conjunto que reúne una
colección de obras maestras de la escultura barroca española debidas al genio
de Gregorio Fernández en 1614.
Es la primera vez que un paso procesional ha sido
cedido por el Museo Nacional de Escultura para presentar como primicia una
combinación de la obra de grandes pintores y escultores españoles del Siglo de
Oro para ilustrar al completo, junto a grabados y ediciones impresas, una
visión completa de una época de nuestra historia de tan elevada creatividad
artística. De modo que junto a obras de El Greco, Zurbarán, Velázquez y Murillo,
entre otros, se han presentado esculturas de artistas menos conocidos en
Europa, como Alonso Cano, Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena y Gregorio Fernández.
Sin embargo, entre todas las obras expuestas, lo que verdaderamente ha marcado
un hito en la exposición ha sido la presencia del paso procesional "Camino
del Calvario", una modalidad artística desconocida en aquellas tierras que
ha sido objeto de la admiración general.
Con idéntico tratamiento al que se da a las grandes
obras maestras, las cinco figuras que componen el paso han viajado
acondicionadas por separado en embalajes diseñados específicamente para cada
una de las esculturas, embalajes que, a modo de cápsulas, preservan a las
tallas policromadas de los cambios de humedad, de los golpes y las vibraciones,
en todo momento escoltadas para su seguridad durante el trayecto y cumpliendo
un escrupuloso protocolo para prevenir los cambios de ambiente.
Ha sido verdaderamente novedoso y reconfortante ver
las geniales esculturas de la Verónica, el Cirineo, Cristo y los sayones
embalados con tanto mimo y precaución, comprobar cómo se realiza la meticulosa
revisión por parte de los técnicos del Museo y cómo se reincorporan las figuras
a la plataforma procesional para que el paso esté presente en las calles de
Valladolid durante los desfiles de Semana Santa, todo un alarde artístico de
primera categoría que a partir de ahora será un poco más conocido.
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