10 de enero de 2018

Bordado de musas con hilos de oro: CARPE DIEM, de Noelia Toribio


La oscuridad me envuelve,
con un manto sin luna ni estrellas,
y me arropa, me aprisiona,
es la maldición de mi noche eterna.

            ¡Viento!
mi llanto se escucha entre los árboles,
vago sin rumbo, sin consuelo, errante.
            ¡Qué soy!
sino viento, una sombra, un recuerdo,
una ilusión, un sueño, nadie...

Clavel de rojizo pétalo,
no desperdicies lágrimas de rocío,
deslumbra con tu hermosura,
hasta que se apague tu incesante brillo.

            ¡Goza!
antes de caer al infinito vacío
y vagar conmigo ciego y errante.
            ¡Clavel!
serás viento,  una sombra, un recuerdo,
una ilusión, un sueño, nadie...

NOELIA TORIBIO (Este poema fue publicado en la revista Atticus Dos en junio de 2011)

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