22 de febrero de 2023

Excellentiam: RETABLO DEL LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO, sensibilidad religiosa para un momento imaginado




RETABLO DEL LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO

Anónimo conocido como Maestro de San Pablo de la Moraleja

1510-1515 / 1530

Madera policromada

Capilla del beneficiado González, iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey (Valladolid)

Escultura hispano-flamenca tardogótica

 



     Este retablo preside una espaciosa capilla que se abre en la nave del lado de la Epístola de la iglesia de los Santos Juanes de Nava del Rey. Fue edificada entre finales del siglo XV y la primera mitad del XVI por el reverendo señor ¿Juan? González, beneficiado mayor de la iglesia (fallecido el 20 de junio de 1541), según informa una inscripción de recorre los muros de la misma. Es, por tanto, un resto de la primitiva construcción gótica de la iglesia, previa a la reconstruida por Rodrigo Gil de Hontañón a partir de 1560, cuyas obras culminaron en 1602.

Siguiendo la tipología en boga en el primer tercio del siglo XVI, la estructura del retablo ofrece un elegante estilo plateresco, aunque un estudio pormenorizado permite apreciar que algunos de sus componentes siguen la tradición gótica-tardía, como es el caso del gran altorrelieve central con el tema del Llanto sobre Cristo muerto, cuyos paneles laterales presentan una decoración flamígera, así como el grupo del Calvario que corona el ático, realizado por el mismo escultor, elementos que se pueden datar entre 1510 y 1515 y que contrastan con el repertorio decorativo del resto del retablo, muestra de la modalidad renacentista imperante en la época.

Esto induce a pensar que el retablo, tal y como aparece hoy día, fue ensamblado hacia 1530 con esculturas reaprovechadas de otro anterior, a las que se adaptaron el resto de los elementos que lo componen. Consta de banco, un único cuerpo con una calle central y dos entrecalles, un voluminoso ático y un guardapolvo ornamentado con decoración de grutescos en relieve que se remata en la parte superior con un arco trilobulado. Separan las calles finas columnas con decoración en relieve a candelieri, con el banco y las entrecalles ocupadas por hornacinas aveneradas y en el arranque del ático un friso con pequeñas cabezas de querubines alados.

Banco: Donante, San Mateo y San Marcos

     El retablo presenta la peculiaridad de incluir en el banco y a los lados del relieve central las figuras devotas de hasta cuatro donantes difíciles de identificar, pues al beneficiado González le sucedieron como patronos de la capilla su sobrino, el bachiller González, y sus sucesores, que hicieron incluir sus efigies en el retablo.  

ICONOGRAFÍA DEL RETABLO 

Banco          

Actualmente el retablo está depositado sobre una pequeña plataforma a ras de suelo, aunque en origen, como era preceptivo, el banco iría situado por encima de la altura del altar. Consta de cuatro encasamentos centrales que albergan bajo veneras las figuras de los Cuatro Evangelistas, apareciendo de izquierda a derecha San Mateo, San Marcos, San Juan y San Lucas, los cuatro sedentes sobre escritorios, escribiendo sus textos, con las cabezas individualizadas y acompañados a sus pies del correspondiente símbolo del Tetramorfos, destacando como nota curiosa el aspecto aniñado de San Juan.

Banco: San Juan, San Lucas y donante

     Se completa en los extremos, en hornacinas aveneradas alineadas con las entrecalles, con las figuras arrodilladas de dos donantes que portan largos rosarios, posiblemente el bachiller González y su esposa, obras de discreta calidad que se incorporarían al retablo cuando se recompuso hacia 1530.  

El altorrelieve central: LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO

La caja central está ocupada por el impresionante grupo escultórico del Llanto sobre Cristo muerto, que muestra el inconfundible estilo de un desconocido escultor denominado Maestro de San Pablo de la Moraleja, un maestro posiblemente de origen germano-flamenco, que estuvo activo en tierras vallisoletanas y palentinas en la primera década del siglo XVI y que ha recibido este apelativo a partir de que María Jesús Ocampo1 señalara en 1934 las similitudes entre este grupo escultórico de Nava del Rey y otro que por entonces recibía culto en la parroquia de San Pablo de la Moraleja (Valladolid), actualmente conservado en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. Esta opinión es compartida por Julia Ara Gil, que apunta al grupo de Nava como más evolucionado en el tiempo y relaciona el estilo escultórico, especialmente en ropajes y adornos, con esculturas realizadas en la comarca de Limburgo2.

     El grupo escultórico ocupa un espacio organizado a modo de escenario en dos registros, uno superior en cuyo fondo aparecen pintados los dos ladrones crucificados, con una vista en la lejanía de la ciudad de Jerusalén. Sobre el tablero se apoya una cruz desnuda rodeada de cinco figuras de ángeles, uno sobre el madero de la cruz con gesto de aceptación, dos con gesto doliente y en los extremos otros dos de mayor tamaño portando dos Arma Christi: la columna de la Flagelación y el paño de la Verónica.

El registro inferior está ocupado por ocho figuras que forman un bloque compacto que representa el Llanto sobre Cristo muerto, con una sucesión de figuras a la misma altura cuyo juego de ritmos conduce al espectador a concentrarse en la figura de Cristo, situado en primer término y describiendo una diagonal que parte de la cabeza, sujetada por San Juan, y llega a los pies, con María Magdalena sujetando las piernas y lujosamente ataviada. 

     Por detrás se halla la Virgen con gesto doliente, con las manos cruzadas al pecho como gesto de aceptación del sacrificio, acompañada por las dos santas mujeres que asistieron a la muerte de Jesús, María Salomé, representada como una joven que eleva su mirada y enjuga sus lágrimas en un pañuelo, y María Cleofás, mujer madura con las manos unidas en gesto de oración y la cabeza cubierta por el manto. En los extremos se colocan los dos personajes que participaron en el desenclavo y descendimiento de Cristo: en la parte izquierda José de Arimatea, de rostro barbado y cubierto por un gorro cónico, que sujeta la corona de espinas recién retirada de la cabeza, y en la parte derecha Nicodemo, con el rostro rasurado y la cabeza cubierta por un turbante. Ambos lucen ricas vestiduras, de acuerdo a su condición de influyente miembro del Sanedrín y de magistrado judío respectivamente.

     Este dramático pasaje no se encuentra descrito en los Evangelios canónicos ni en los Apócrifos, siendo los textos de Mateo y Marcos los que citan someramente que María Magdalena y las Santas Mujeres asistieron de lejos a la crucifixión.  La reunión de personajes que establece la iconografía del Llanto sobre Cristo muerto surgió a finales de la Edad Media como un ejercicio de imaginación mística, impregnado de sensibilidad religiosa, con la finalidad de acercar a los fieles el drama humano del proceso de la Pasión descrito en los textos sagrados.

En esta representación se incluyen elementos que adquieren un carácter simbólico, como la calavera colocada bajo la figura de Jesús, que alude a la antigua creencia de que en el Gólgota se encontraba la sepultura de Adán, según la leyenda de la Invención de la cruz tomada por Jacobo de la Vorágine del Evangelio apócrifo de Nicodemo, lo que viene a significar la redención de la humanidad, condenada por el pecado de Adán, mediante el sacrificio Cristo. Sobre los paneles laterales de la caja, decorados con tracerías flamígeras, se encuentran representados el sol y la luna, elementos tradicionalmente presentes en el tema de la Crucifixión.

     En los extremos del grupo escultórico aparecen superpuestas dos figuras de donantes en actitud orante, talladas independientemente y adosadas al conjunto. El que tiene un tamaño inferior, que aparece a la derecha con vestiduras negras y un bonete a los pies —con un estilo más cercano al del grupo escultórico en sus facciones— podría ser el beneficiado González, fundador de la capilla, mientras que el que aparece a la izquierda con vestiduras claras podría tratarse de su sobrino, figura posiblemente incorporada en 1530 como comitente del retablo. 

Primer cuerpo   

En las entrecalles que flanquean el grupo escultórico central aparecen cuatro hornacinas aveneradas, dispuestas a dos alturas a cada lado, que contienen relieves renacentistas de autoría desconocida. En la parte inferior están representados los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ambos aparecen ligeramente escorzados, sugiriendo una posición de contraposto y sujetando libros y los atributos tradicionales que los identifican: las llaves y la espada.

     Sobre ellos, en la parte superior, se encuentran dos santos fundadores. En la parte izquierda San Francisco de Asís, revestido del hábito franciscano en el pasaje de la estigmatización durante su retiro en el Monte Alvernia, de la que fue testigo el hermano León, que aparece incluido en la escena a escala reducida, y en la parte derecha Santo Domingo de Guzmán, que aparece con el hábito dominico albinegro, símbolo de pureza y penitencia, sujetando un báculo o bastón y acompañado a sus pies de la cabeza de un perro que sujeta un antorcha encendida, tradicional atributo referido al sueño de su madre, la beata Juana de Aza, que fue interpretado por Santo Domingo de Silos como una premonición de que su hijo encendería el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación.


Ático: CALVARIO

Detalle de José de Arimatea, San Juan y la Virgen

     Corona el retablo un Calvario en el que los rasgos estilísticos de sus componentes, en opinión de Julia Ara Gil3, inducen a pensar que fueron realizados en el mismo taller del grupo del Llanto sobre Cristo muerto, aunque no alcanzan su calidad. La figura más interesante es la de Cristo crucificado, cuyo cuerpo describe una acusada curvatura según los modelos góticos tardíos, con los brazos casi en horizontal y los pies sujetos a la cruz con rotación interna. Rasgos característicos del Maestro de San Pablo de la Moraleja son la larga melena de Cristo, con dos largos mechones que discurren sobre el pecho en forma muy afilada, y el perizoma ajustado a la cintura formando pliegues menudos que recuerdan las telas mojadas, en este caso con un anudamiento en la parte izquierda.

Rodean la cruz leñosa del crucificado cuatro ángeles, desprovistos de alas, que portan cálices en los que recogen la sangre de Cristo que mana de las llagas de las manos, los pies y el costado, siendo este último el único que mantiene el cáliz sin mutilar. Su presencia está relacionada con el culto a las llagas de Cristo extendido a finales de la Edad Media por los franciscanos, cuya veneración se reitera en el retablo en los dos ángeles colocados sobre el arco del guardapolvo, que sujetan los escudos de las cinco llagas.

Detalle de María Salomé, María Cleofás y Nicodemo

    Completan el Calvario las figuras de la Virgen y San Juan. María, vestida con una túnica dorada, un abultado manto azul y una toca blanca, extiende las manos juntas como manifestación de dolor, sentimiento que no se refleja en su rostro, ensimismado y un tanto inexpresivo. San Juan luce igualmente una túnica dorada y un amplio manto de color rojo oscuro, presentando como rasgo atípico el llevar colgado a la cintura el estuche con los instrumentos de escritura en su condición de evangelista. Su semblante es muy similar a su representación en el banco, aunque en este caso con un marcado rictus de dolor por la boca caída, recurso expresivo que se repite en las figuras del grupo principal de este retablo, en el grupo del Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid y en otras esculturas que se atribuyen a este anónimo maestro. 

Adenda       

Detalle de María Magdalena

     En relación con este retablo de Nava del Rey, que fue objeto de una restauración integral entre los años 1995 y 1997 por la Junta de Castilla y León, el historiador alemán Georg Weise, especializado en el arte medieval y renacentista español, lo relacionó con otro que desarrollando igualmente el tema del Llanto sobre Cristo muerto y coronado por un rico doselete se encuentra en la capilla de los Zapata de la iglesia de San Pablo de Palencia, obra que ha recibido distintas atribuciones. A este respecto, especializados historiadores como Ara Gil, Parrado del Olmo, Gilman Proske y Portela Sandoval relacionan este relieve con el realizado por el denominado Maestro Antonio para el banco del retablo de la iglesia de la Asunción de Dueñas (Palencia). Sirvan estas dudas para expresar el deseo de que nuevos investigadores tomen el relevo y contribuyan a desentrañar los secretos del inmenso patrimonio castellano-leonés.
 

Figuras adosadas de donantes

 Informe y fotografías: J. M. Travieso. 











Entrecalles del cuerpo: San Pedro y San Pablo

Notas

1 OCAMPO, María Jesús: Papeletas sobre escultura gótica en Castilla. Los grupos de San Pablo de la Moraleja y Nava del Rey. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA) Tomo 3, Universidad de Valladolid, 1934-1935, pp. 403-409.

2 ARA GIL, Clementina Julia: Calvario y Llanto sobre Cristo muerto. Catálogo Exposición “Angeli”-Las Edades del Hombre, Lerma, 2019, pp.108-110.

3 ARA GIL, Clementina Julia, op. cit, p. 110.










Entrecalles del cuerpo: San Francisco y Santo Domingo



















Ático: Calvario














Ático: Detalle del Calvario














El retablo en la iglesia de los
Santos Juanes, Nava del Rey
























Maestro de San Pablo de la Moraleja
Llanto sobre Cristo muerto, h. 1500
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
 OTRAS OBRAS DEL MAESTRO DE SAN PABLO DE LA MORALEJA
















Llanto sobre Cristo muerto, h. 1500
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid










Llanto sobre Cristo muerto, h. 1500
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid










Llanto sobre Cristo muerto, h. 1500
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid










Atribuido al Maestro de San Pablo de la Moraleja
San Roque, s. XVI
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid



















Izda: José de Arimatea del retablo del Llanto sobre Cristo muerto
Iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey
Dcha: San Roque, Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid


















Atribuido al Maestro de San Pablo de la Moraleja
San Roque, h. 1500, Colegiata de San Antolín, Medina del Campo

















Atribuido al Maestro de San Pablo de la Moraleja
Cristo crucificado, s. XVI
Convento de Santa Clara, Valladolid














Atribuido al Maestro Antonio
Retablo del Llanto sobre Cristo muerto, s. XVI
Capilla de los Zapata, iglesia de San Pablo, Palencia




















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