ALTAR DE LA
PAZ AUGUSTA
Autor
anónimo romano
Construido
entre el 13 y 9 a. C.
Mármol de
Carrara
Museo del
Ara Pacis, Roma
Escultura
romana
Junto a la Vía Flaminia de Roma, en terrenos del
llamado Campo de Marte, donde cada año se sacrificaban un carnero y dos bueyes,
el senado romano decidió levantar un suntuoso altar, entre los años 13 y 9 a.
C., para celebrar las victorias de Augusto en sus campañas en Galia e Hispania,
donde logró implantar una paz social que de este modo fue celebrada de modo triunfal en Roma.
Pero el Ara
Pacis o Altar de la Paz no fue un altar más de los tantos diseminados por
la ciudad romana, sino todo un monumento conmemorativo dedicado a la diosa Pax con
la misma monumentalidad, o más si cabe, que la expresada en los tradicionales
arcos triunfales y columnas levantados en honor de los emperadores victoriosos.
El altar, que reposa sobre un pedestal escalonado, fue protegido por un muro
que delimita su planta rectangular, casi cuadrada, en el que se abrieron dos
puertas, una principal precedida de una escalinata, destinada al sacerdote que
oficiaba el rito, y otra en la parte opuesta para introducir los animales a
sacrificar. De esta manera, la construcción adquiría el carácter de un templo menor.
Ahora bien, esta estructura, en su diseño meramente
funcional, fue recubierta en su exterior por un conjunto de paneles, labrados
en mármol de Carrara, que forman dos frisos, uno superior con escenas
figurativas en las que aparecen numerosos personajes, y otro inferior con forma
de alto zócalo decorado con profusión de formas vegetales, figurando roleos de
hojas de acanto, y pequeñas figuras de animales entre ellas. El friso superior
tiene su correspondencia en el interior con relieves que muestran guirnaldas
colgando entre bucráneos. Asimismo, tanto en los ángulos de la construcción
como junto a las puertas, aparecen unas elegantes pilastras corintias cajeadas
cuyo interior se decora con motivos vegetales simétricos, denominados a candelieri por recordar los brazos de
un candelabro.
Todo está dispuesto según un planeado repertorio
iconográfico. Junto a las puertas están representadas cuatro alegorías que
hacen referencia a la mítica fundación de Roma, mientras que en los costados se
representan dos procesiones formadas por innumerables personajes relacionados
con Augusto.
De los relieves con alegorías se han conservado dos
casi completos, el que representa el mito de Eneas y otro dedicado a la Tierra,
bellísimo relieve donde la diosa aparece como una matrona que es agasajada con
frutos por dos niños, en alusión a la prosperidad que supuso la paz conseguida
por Augusto, con animales domésticos pastando a sus pies y flanqueada por dos
genios fertilizantes: el Aire montado sobre un cisne y el Agua sobre un
monstruo marino.
En los frisos de los laterales, formando un
concurrido cortejo dispuesto en dos filas, una procesión ritual, se aprecia a Augusto, a miembros de
su familia, incluidos niños, amigos, magistrados y senadores, muchos de ellos
como magníficos retratos. Estos frisos exteriores, por la forma de sus
relieves, de alguna manera recuerdan el cortejo de las Panateneas del friso que en la parte superior decoraba el exterior de la cella del Partenón ateniense, pues sobre el
monumento se aprecia una clara influencia de los trabajos de Fidias y de los
trabajos decorativos del periodo helenístico, aunque con la impronta genuina
romana del retrato y la búsqueda de un fuerte realismo. El resultado es una
obra cumbre de la escultura romana, alcanzando sus relieves una calidad que no
superan otras obras conocidas, la máxima expresión plástica del arte romano.
Sin embargo, es bueno recordar que el color blanco
que muestran estas representaciones, según los criterios arqueologicistas de
nuestro tiempo, no se corresponden con el aspecto original que tuvo el Altar de
la Paz, pues en sus relieves se han conservado restos que informan que estuvo
coloreado del mismo modo que ocurriera en el Partenón. Precisamente uno de los
vídeos recrea lo que pudo ser su aspecto original.
También diremos que con el paso de los siglos el
monumento conmemorativo se convirtió en una lamentable ruina de la que parte de
sus sillares fueron reutilizados para cimentar el palacio de Humberto I. Las
excavaciones que pusieron el monumento en valor fueron iniciadas en 1903 y
completadas entre 1937 y 1938 por el gobierno fascista de Mussolini, que
encontró en estos restos imperiales un símbolo de reafirmación nacional para su
política, aunque en aquellos tiempos no se esmerara el tratamiento científico
en las excavaciones.
El Ara Pacis fue afortunadamente restaurado y recompuesto
con los fragmentos hallados, que fueron muchos para lo que suele ser habitual,
y protegido desde 2006 por un moderno y polémico edificio diseñado por el
estadounidense Richard Maier que permite la entrada de luz natural y le
preserva para la posteridad como uno de los mayores atractivos artísticos que
se pueden contemplar en la inabarcable Roma.
Informe: J. M. Travieso.
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https://yaldahpublishing.com/15-mejores-lugares-para-vivir-en-tennessee/
ResponderEliminarEn cuanto a los patricios,ocupaban cargos en el gobierno,en la administración y en el ejército.
A través del siguiente vídeo podremos comprender un poco mejor,la pirámide social en la Antigua Roma.