2 de marzo de 2016

Fastiginia: La fachada del Colegio de San Gregorio como imagen representativa de Valladolid

Estampas y recuerdos de Valladolid

Entre los distintos conjuntos monumentales vallisoletanos algunos se han venido utilizando tradicionalmente con fines promocionales al ser identificados con la idiosincrasia de la ciudad, con aquello que la confiere un carácter especial y la diferencia de todas las demás. Unas veces ha sido la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua y la peculiar silueta de su estilizado campanario románico, otras la elegante fachada barroca de la Universidad con todo el conjunto de figuras alegóricas del saber que aglutina y, de forma repetitiva, la fastuosa fachada de la iglesia de San Pablo con su enorme tapiz gótico de piedra que constituye un caso único en Europa.

Sin embargo, uno de los edificios que ha causado verdadera fascinación entre los todos viajeros llegados al corazón de Castilla siempre ha sido el Colegio de San Gregorio, convirtiéndose primero en objetivo de dibujantes románticos y después en centro de atención de distintos fotógrafos que enfocaron sus objetivos a la fachada desde la irrupción de los primeros medios fotográficos hasta las sofisticadas tecnologías de nuestro tiempo. Ello nos permite comprobar, con cierta complacencia, todo hay que decirlo, que la fachada fue respetada y valorada en todas las épocas, conociendo únicamente los riesgos originados por el incremento del tráfico rodado durante los años 60 y 70 del siglo XX, situación que afortunadamente quedó solucionada por el Ayuntamiento de Valladolid con la conversión de la calle Cadenas de San Gregorio, en que se encuentra, en un espacio peatonal libre de vibraciones y emisiones de gases nocivos.    

Genaro Pérez Villaamil,  litografía 1842-1850
Ya en febrero de 2012 presentábamos en esta misma sección un dibujo de la fachada del colegio de San Gregorio realizado entre 1842 y 1850 por el pintor ferrolano Genaro Pérez Villaamil y Duguet (1807-1854), establecido en Madrid desde 1834, nombrado académico de mérito de la Real Academia de San Fernando desde el año siguiente y pintor honorario de cámara desde 1840. Huido a Francia durante la regencia de Espartero, emprendía en París la publicación de la obra "España artística y monumental", el libro de viajes ilustrado con litografías más bello del romanticismo español, cuyos textos referentes a Castilla corrieron a cargo de Patricio de la Escosura.

También en aquel artículo se hacía referencia a la libertad interpretativa de Pérez Villaamil, cuyas sugestivas imágenes, basadas en el énfasis romántico de las construcciones góticas, hacen desvanecer el carácter científico de los edificios dibujados, siendo un buen ejemplo la interpretación subjetiva del Colegio de San Gregorio, llena de imprecisiones. No obstante, sus litografías gozaron de una extraordinaria aceptación, sobre todo por la inclusión de pequeños personajes que recrean la vida cotidiana en torno al monumento representado, como ocurre ante la fachada vallisoletana, de la que también se hicieron versiones coloreadas, como la muestra que ofrecemos.

F. J. Parcerisa, litografía 1844
Más fiables son las representaciones del pintor barcelonés Francisco Javier Parcerisa (1803-1875), que entre 1838 y 1872 realizó un compendio en once volúmenes de los principales monumentos españoles en su obra Recuerdos y bellezas de España, que bajo un criterio romántico ilustró con 588 reproducciones litográficas, en su mayor parte tomadas del natural, a las que acompañaba de una descripción detallada, en el caso de Castilla y León realizada por José María Quadrado. No falta en la obra la imagen de la fachada del Colegio de San Gregorio, reproducida en 1844 con gran fidelidad, con seis personajes de la época ante ella en época invernal, según se deduce de los árboles sin hojas de un incipiente jardín colocado ante la fachada.

Otro tanto puede decirse de la estampa realizada en 1846 por el estadounidense Newton Alonzo Wells (1852-1923), pintor y profesor de la Universidad de Illinois, para la publicación londinense The picturesque antiquities of Spain de Nathaniel Armstrong Wells, que recrea la fachada de San Gregorio con personajes de época ante ella. Para esta obra W. F. Starling también realizaría en 1846 un grabado al acero con una versión coloreada.  

Tras la implantación de la fotografía en el siglo XIX, la filigrana de la fachada del centro de estudios teológicos que fundara a finales del siglo XV el dominico Alonso de Burgos, obispo de Palencia y vinculado a los Reyes Católicos, también ejerció atracción sobre los objetivos, como puede observarse en la fotografía difundida por el Museo Nacional de Escultura en que los pequeños árboles que aparecían en los grabados recién plantados ya muestran una altura considerable, aunque lo más llamativo sea la elegante figura de una mujer contemplando la fachada.

Newton Alonzo Wells, grabado 1846
Cuando a finales del XIX y principios del siglo XX entre los aficionados a los viajes se impuso la moda de las tarjetas postales que reproducían los enclaves y monumentos más significativos de las ciudades, la fachada del Colegio de San Gregorio era difundida por fotografías tomadas en 1893 tanto por Postales Montero de Valladolid como por la imprenta madrileña Hauser y Menet, famosa por sus impresiones en fototipia, en ambos casos con grupos de personas a la puerta del Colegio.

En 1933, en tiempos de la II República, lo que fuera Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid, fundado en 1842 con los fondos artísticos de los conventos desamortizados y con sede en el Colegio de Santa Cruz pasaría al Colegio de San Gregorio para convertirse en Museo Nacional de Escultura, cuya fachada, como imagen emblemática de la institución y de la ciudad de Valladolid, comenzó a aparecer de continuo en periódicos y revistas.


Postales Montero (Valladolid) y Postales Hauser y Menet (Madrid), 1893
En las postrimerías del siglo XX el Museo, uno de los más antiguos del país, conoció su total rehabilitación, siendo la célebre fachada limpiada y consolidada en 2004 como paso previo a la inauguración del remodelado recinto, que tuvo lugar en 2009. Hoy más que nunca, la intrincada iconografía de la fachada de San Gregorio sigue siendo protagonista de las más sofisticadas tecnologías visuales y un lugar de referencia del patrimonio vallisoletano.










Aspecto actual, foto 2014




















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