Recreación virtual del León de la Catedral |
Estampas y recuerdos de Valladolid
Hubo un tiempo en que Valladolid también dispuso de
un rollo de justicia colocado en un lugar público, concretamente en la plaza de
Santa María, delante de la Colegiata fundada por el Conde Ansúrez y su esposa
doña Eylo, en el espacio que hoy conocemos como plaza de la Universidad. Este
elemento pétreo, integrante del anecdotario histórico de la ciudad y con sus
orígenes en el campo de la leyenda, también serviría de fundamento a las tesis
de algunos historiadores sobre la eterna polémica del origen del nombre de
Valladolid, que creyeron encontrar razones en el topónimo Valle de Olit, siendo Olit un moro que se asentó en estas tierras
tras la invasión islámica de la península ibérica del año 711. Pero vayamos por
partes.
En primer lugar recordaremos que los rollos de
justicia son pilastras o columnas de piedra aisladas, de aspecto similar a los
cruceros, que suelen estar rematadas por una bola y una cruz, aunque en algunas
poblaciones se presentan bajo la forma de pináculos góticos más o menos
depurados. Con ellos se expresaba públicamente en un lugar la categoría jurisdiccional,
es decir, el régimen al que estaba sometido, ya fuera un señorío real, del concejo, eclesiástico o monástico. En
ocasiones marcaban los límites territoriales o servían para conmemorar que a
una población le hubiera sido otorgado el rango de villa, presidida por un
alcalde con jurisdicción para juzgar y condenar a muerte.
Rollo de justicia de Aguilar de Campos (Valladolid) |
Este carácter
jurisdiccional fue muy evidente en la conquista de América, donde el primer
acto en la fundación de una ciudad era el levantamiento del rollo de justicia,
símbolo de jurisdicción real.
En la mayor parte de las ocasiones compartían su simbolismo
administrativo con la función de picota,
columna donde se llevaban a cabo los castigos públicos de las penas menores
—azotamientos— y los ajusticiamientos por parte de la autoridad civil, con los
reos expuestos a la vergüenza pública con fines intimidatorios. La pena de
exhibición en la picota aparece legislada desde el siglo XIII en Las Partidas de Alfonso X el Sabio,
aunque la mayoría fueron levantadas durante los siglos XVI y XVII por las
exenciones otorgadas por la Corona a algunas poblaciones que aportaban fondos
para financiar los gastos de guerra. Esta práctica estuvo en vigor hasta
principios del siglo XIX, cuando un decreto de las Cortes de Cádiz del 26 de
mayo de 1813 ordenó la demolición de todos los signos públicos de vasallaje
para establecer como único señorío el de la Nación Española.
Rollo de justicia de Bolaños de Campos (Valladolid) |
A pesar de todo, a lo largo de toda la geografía
española se conservan numerosos rollos de justicia y picotas, algunos obras
notables del arte gótico, siendo destacables en la provincia de Valladolid los
ejemplares localizados en la comarca de Tierra de Campos, como los de Aguilar
de Campos, Bolaños de Campos y Villalón de Campos, el más rico de todos ellos y
uno de los mejores de España.
De aquel que existiera en Valladolid nos han llegado
noticias a través de Juan Antolínez de Burgos, considerado como el primer
historiador de la ciudad, que hacia 1637 redactaba una interesante síntesis en
su Historia de Valladolid, obra que
no fue impresa y publicada hasta 1887 por iniciativa del historiador Juan
Ortega Rubio. En ella nos informa que, en tiempos del rey godo Don Rodrigo, un
capitán moro llamado Ulit se estableció en el valle en que las aguas del
Esgueva confluían con las del Pisuerga, donde la pequeña ciudad llamada Pincia
pasó a denominarse Valledeulid, en honor a su reedificador.
Rollo de justicia de Villalón de Campos (Valladolid) |
La amenaza que en tierras fronterizas suponía este
poderoso personaje, motivó el ataque del rey Ordoño II de León (León, c.
871-924), que le dio muerte en el campo de batalla, aunque este hecho no está
recogido en ninguna crónica. Sin embargo, sí que es citado el moro Ulit, como
señor de Valladolid, en la Crónica de
Fernán González escrita por fray Gonzalo de Redondo, abad del monasterio de
San Pedro de Arlanza, que narra que el conde castellano atacó Valladolid
matando a un capitán de Ulit llamado Aiza, saqueando la ciudad y haciendo huir
al ejército moro hasta Simancas, aunque los moros emprenderían una
reedificación que perduró hasta que con la batalla del rey Alonso II, entre
Valladolid y Simancas, la ciudad quedó despoblada.
Tiempo después, para conmemorar aquella victoria
leonesa, fue levantado ante la Colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid
un pilar sobre el que se asentaba la figura de un león —símbolo del reino
leonés— a cuyos pies aparecía la figura de un moro vencido, según Juan
Antolínez de Burgos nieto del que conquistara el lugar. Bajo el grupo
escultórico figuraba una cartela con la inscripción "Ulit oppidi
conditor" (Ulit fundador de este lugar).
El León de la Catedral en el siglo XVIII Dibujo de Ventura Pérez |
El sencillo monumento llegaría a cumplir la función
de picota a partir de 1158, relatando Juan Antolínez de Burgos el haber sido
testigo de una antigua costumbre por la cual en el llamado León de la Catedral eran castigadas públicamente las mujeres
"mal entretenidas" en hechizos y alcahueterías, a las que el pueblo
llano maltrataba tirándolas cuanto tenían a mano, en ocasiones casi hasta
producirles la muerte. También informa que esta práctica se reformó y la rigurosa costumbre llegó a
desaparecer, aunque la columna y el león permanecieron
en su sitio para convertirse en una tribuna pública desde la que se lanzaban
pregones de almonedas y sentencias.
Con la sustitución de la antigua colegiata por el
proyecto de Juan de Herrera, el León de
la Catedral, símbolo de la ciudad medieval, fue trasladado al atrio de la nueva
construcción, donde fue conocido por el historiador vallisoletano Ventura Pérez
(1704-1784), autor del Diario de
Valladolid y también artífice de la ampliación, hasta mediados del siglo
XVIII, de la Historia de Valladolid
escrita por Juan Antolínez de Burgos. Una de las aportaciones más interesantes de este historiador son los expresivos dibujos que incluye en su obra —ingenuos
y básicos—, que muestran las fachadas de los edificios más importantes en su
época y algunos elementos de la vida cotidiana vallisoletana, testimonio
fundamental del Valladolid desaparecido.
En uno de sus dibujos aparece el León de la Catedral, con la figura del
león triunfante sobre un moro vencido bajo sus garras y enarbolando un
estandarte rematado en forma de cruz flordelisada y con el escudo de armas del
Conde Ansúrez en la banderola. En el remate de la columna monolítica, a modo de
capitel, aparece labrado un emblema con las armas de Castilla y León. Este
monumento conmemorativo, después utilizado como picota y finalmente convertido
en un símbolo del pasado medieval, desapareció en 1841 a consecuencia del
hundimiento de la torre de la catedral, conocida popularmente como "La
Buena Moza". Hoy engrosa la larga nómina de monumentos desaparecidos en
Valladolid.
Recreación virtual del León de la Catedral |
Presentamos una reconstrucción virtual, aproximada
al aspecto que tendría el León de la
Catedral, tomando como referencia las innumerables figuras de leones
diseminadas por Valladolid en los pilares que con cadenas acotaban los recintos
que en su día tuvieron jurisdicción propia, como los que anteceden a las
fachadas de la iglesia de San Pablo y de la Universidad, los conservados en el
Colegio de Santa Cruz, etc., todos ellos iconos fundamentales del pasado
vallisoletano.
Leones ante la fachada de la Universidad de Valladolid |
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Interesante información que nos permite saber o intuir algo más de la ciudad. Me gusta lo de las reconstrucciones virtuales, y el libro "Rincones con fantasma", de Juan Carlos Urueña, me deleita mucho. Lo de las picotas o rollos -mira que me gusta el nombre de rollo aunque el concepto y el objeto que hay detrás sea cruel- da idea de lo que tuvo que ser la acción judicial o, mejor dicho, penal, no sé si siempre justa. Hoy el término "poner en la picota" ha perdido vigor, se usa descafeinado, se lleva eso de "criminalizar a tal o a cual", sobre todo en el ámbito político, que no me parece muy acertado. En fin, gracias por las informaciones de la casa vallisoletana.
ResponderEliminarUn saludo cordial.