LA NUBE DE
VERANO
Antonio
García Mencía (Madrid, 1853-1915)
1901
Óleo sobre
lienzo
Ayuntamiento
de Valladolid (Depósito del Museo del Prado)
Pintura romántica
y costumbrista del siglo XIX
Antonio García Mencía. Izda: La nube de verano / Dcha: Alegoría del Tiempo |
En una de las dependencias del Ayuntamiento de
Valladolid se conserva una bella pintura de grandes dimensiones —300 x 250 cm.—
cuyo autor es Antonio García Mencía, un destacado pintor madrileño que en su
obra experimentó las diversas tendencias estéticas de un tiempo marcado por la
transición de las últimas décadas del siglo XIX a los albores del XX.
La pintura, que recibe el título de "Nube de verano", le sirve al pintor
como excusa para realizar una composición alegórica, referida a los aguaceros
estivales, en la que coloca decenas de desnudos de jóvenes mujeres, ingrávidas entre
oscuros nubarrones y vertiendo agua con grandes cántaros en medio de una gran
algarabía.
François Boucher. El Triunfo de Venus, 1740. Nationalmuseum, Estocolmo |
En tan original composición, el pintor, que a lo
largo de su carrera profesional dejaría patente su pasión por las jóvenes
figuras femeninas, se inspira en las ninfas de la mitología griega, aquellas
deidades menores que, bajo la forma de hermosas doncellas desnudas o
semidesnudas, nunca envejecían y animaban la naturaleza siempre asociadas al
agua.
En esta fantástica reunión masiva de ninfas o mitos
que moraban la tierra y que con frecuencia eran objetivo de los sátiros,
consideradas inmortales por Homero (Iliada XVII 78), el pintor despliega toda
una serie de desnudos femeninos en las más variadas actitudes y posiciones,
haciendo gala de una sólida formación académica en los diferentes escorzos
anatómicos y del dominio del color en el modelado de las figuras mediante
efectistas juegos de luz.
La vinculación de las jóvenes al denso nubarrón y a
los grandes chorros de agua que vierten, inevitablemente hace rememorar otras
obras célebres protagonizadas por tan fantásticas mujeres en torno al agua,
entre la cuales tan sólo citaremos, pues como tema inspirador de obras
artísticas el catálogo es inmenso, el famoso Triunfo de Galatea de Rafael (1512, Villa Farnesina, Roma), el Triunfo de Galatea de Luca Giordiano
(1675, Museo del Hermitage, San Petersburgo), el Triunfo de Venus de François Boucher (1740, Nationalmuseum,
Estocolmo) o El Ninfeo de William-Adolphe
Bouguereau (1878), el más próximo en el tiempo a la obra de Antonio García
Mencía.
William Adolphe Bouguereau. El Ninfeo, 1878 |
El pintor madrileño se recrea colocando grupos de
ninfas vertiendo agua con grandes cántaros decorados, a los que acompañan otras
vociferando o gozando entre el agua con ademanes de danza, contrastando la
definición de los grupos colocados en los primeros planos con las masas
difuminadas de los grupos del fondo, siguiendo la estela de las grandes glorias
abiertas y pobladas por ángeles del barroco, en este caso con un contenido
profano y un pretendido toque de sensualidad en un entorno amable y hasta
festivo.
Antonio García Mencía repetiría esta experiencia en
otra pintura titulada Alegoría del Tiempo,
donde aparece un cortejo de bellas figuras femeninas, de similares
características a la pintura de Valladolid, acompañando al Tiempo,
caracterizado como un venerable anciano alado y portando un reloj de arena.
Asimismo, este pintor mostraría bellos desnudos femeninos en otras de sus
pinturas, como es el caso de La Favorita,
La paloma, La Odalisca, Estrella Polar,
Brujería, etc., combinando estas
sensuales escenas con otras recreaciones de ambientación orientalista.
Antonio García Mencía. Izda: La paloma / Dcha: La Favorita |
La pintura "Nube de verano" permanece en
el Ayuntamiento de Valladolid como depósito del Museo del Prado.
EL PINTOR ANTONIO GARCÍA Y MENCÍA
Este pintor, nacido en Madrid en 1853, fue un
artista polifacético —acuarelista, ilustrador, retratista, etc.— que suele
aparecer encuadrado como autor costumbrista y especializado en asuntos rurales
asturianos, aunque en realidad su pintura se abre a horizontes más amplios. Realizó
su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde
tuvo como maestros a Federico de Madrazo y Carlos Luis de Ribera y donde muy
pronto destacó por su talento, participando por primera vez en 1871, con 18
años, en la Exposición Nacional de Bellas Artes1.
Antonio García Mencía. Ninfa en paisaje (biombo), 1913 |
Como otros tantos jóvenes pintores, a los 20 años se
trasladó a París para completar su formación, donde tomó contacto con la
colonia artística española. Allí fue invitado a las reuniones de artistas
organizadas por los pintores Raimundo de Madrazo, hijo del que había sido su
maestro, y León Bonnat. Durante esta estancia en la ciudad de la luz sus
pinturas se decantaron hacia los temas orientalistas, cuyo gusto fue tomado del
recién nacido movimiento impresionista, al igual que las escenas protagonizadas
por jóvenes mujeres y otras de temática urbana. El mundo artístico parisino
pronto reconoció su maestría, llegando a debutar en 1873 en el Salón de Pintura
de París, cuya participación repetiría en las ediciones de 1876, 1879 y 1880.
Después sus originales acuarelas serían muy apreciadas en Berlín y Burdeos,
pero sobre todo en el mercado artístico londinense.
Pasado un tiempo se trasladó a Roma, donde asistió a
la Escuela Española de Bellas Artes y donde contrajo matrimonio con la pintora
Josefina Corchón Diaque. Regresado a España, su pintura se centró en el retrato
y en la pintura de género, producción que entre 1893 y 1896 mostró en la Sala
Bosch de Barcelona. En la década de los años 90 se hacen frecuentes en sus
pinturas las figuras de jóvenes mujeres desnudas o con ligeras veladuras,
obteniendo en 1892 la tercera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes
con su obra Estrella Polar (mercado
del arte) y en 1901 la segunda medalla con La
Nube de Verano, la pintura que actualmente aparece colgada en el
Ayuntamiento de Valladolid.
Antonio García Mencía. Izda: El Juego (acuarela), 1904 / Centro: Memoria de Navidad / Dcha: Retrato de niño |
No obstante, su mayor reconocimiento en España vino
determinado por sus trabajos como ilustrador, llegando a colaborar en distintos
periódicos y revistas del momento, entre ellas una tan prestigiosa como La Ilustración.
Como reconocido acuarelista y retratista, con
pinturas de gran frescura y espontaneidad, unido a su predilección por las jóvenes
mujeres como modelos, lograría plasmar imágenes de una gran originalidad, como
en la acuarela titulada El juego,
creada para el calendario de 1904 de la empresa Maxam (cuyo origen se remonta a
la fundación por Alfred Nobel en 1872 de la Sociedad Española de la Pólvora
Dinamita en Galdácano (Bilbao), que en 1896 se fusionaría con otras ocho
sociedades para crear la Unión Española de Explosivos, comercializando desde
1899 la cartuchería deportiva y de caza). En la pintura que ilustraba el
calendario aparece una joven mujer realizando, a modo de juego, un disparo con
una pistola, siendo la escena presentada con gran naturalidad y como parte de
la vida cotidiana. Otro tanto podría decirse de la acuarela que ilustró el
almanaque de 1905 de la Unión Española de Explosivos, donde aparecen dos
mineros utilizando explosivos en su trabajo.
Antonio García Mencía. Izda: El Collar / Dcha: A través de los prismáticos (ambas en el mercado del arte) |
Durante sus últimos años, Antonio García Mencía
estuvo residiendo nuevamente en París, donde concurrió al Salón de 1907 con la
obra Brujería y al de 1911 con El Anticuario. Firmado y fechado en
1913, es un biombo de tres hojas que comparten una misma escena en cara cara,
ofreciendo en su anverso una Ninfa en un
paisaje, con una de sus características figuras femeninas cubiertas por
veladuras, y en su reverso una romántica vista de un castillo al anochecer
(esta obra se ofrece en el mercado del arte cuando se escriben estas líneas).
Tras dejar una copiosa colección de óleos y acuarelas diseminadas por la más
variada geografía, el pintor moría en Madrid en 1915.
Antonio García Mencía. Detalles de El Collar |
Actualmente olvidado y desconocido, sus obras
circulan masivamente por el mercado del arte formando diferentes series
temáticas, entre las que se encuentran escenas burguesas protagonizadas por
jóvenes damas, como La carta, El collar, A través de los prismáticos, El
paseo en barca, Velada musical,
etc., siempre impregnadas de un halo romántico; escenas costumbristas
protagonizadas por modelos españoles, como Maja,
Pidiendo limosna, Bailarina española, etc.; escenas de
ambientación oriental, como Soldados
moriscos, Melodía oriental, Odalisca, etc.; retratos de personajes
adultos e infantiles, que en ocasiones adoptan la originalidad de Memorias de Navidad; escenas de
inspiración mitológica, como Amorcillos
en una rama, conservada en el Teatro Real de Madrid como depósito del Museo
del Prado, pero sobre todo aquellas
dedicadas a la exaltación del cuerpo femenino, que alcanza su máxima expresión
en La nube de verano, una atractiva pintura que es desconocida incluso por los propios vallisoletanos, ya que está restringida a la vista en el recinto de la Casa Consistorial.
Antonio García Mencía. Izda: Merienda campestre / Dcha: Paseo en barca |
Informe: J. M. Travieso.
Conjunto de fotografías tomadas de la red y casas de subastas.
NOTAS
1 OSSORIO Y BERNARD, Manuel: Galería
biográfica de artistas españoles del siglo XIX [1883-1884]. Madrid, Giner,
1975, p. 278.
Antonio García Mencía. Velada musical |
Antonio García Mencía. Maja española |
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