Estampas y
recuerdos de Valladolid
La radio, como medio de comunicación de masas, tuvo
sus orígenes en las últimas décadas del siglo XIX, cuando científicos como
James Maxwell y Rudolf Hertz experimentaron las posibilidades de las ondas
electromagnéticas, permitiendo que poco tiempo después otros colegas, como
Guillermo Marconi, Nikola Tesla y Aleksandr Stepánovic Popov, consiguieran
enviar los impulsos y señales eléctricas, lo que dio lugar al nacimiento de unas
rudimentarias retransmisiones radiofónicas.
Enseguida aquellas demostraciones fueron objeto de
atención de países como Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, que vieron en
ellas un potencial aplicable con fines militares, por lo que las emisiones de
radio comenzaron a ser perfeccionadas y utilizadas durante la Primera Guerra
Mundial. Acabado el conflicto, algunos empresarios fijarían su atención en la
fabricación de rudimentarios aparatos de retransmisión y sus posibles usos,
estableciéndose muy pronto emisoras en Nueva York y París en las que se
produjeron las primeras emisiones radiofónicas, lo que estimuló el
perfeccionamiento de los medios de emisión, de grabación —especialmente de los
micrófonos— y los receptores, que enseguida alcanzaron un gran nivel de ventas.
Estudio de radio años 30 |
El proceso de implantación de retransmisiones
radiofónicas en España fue paralelo al de otros países, siendo Antonio
Castilla, experimentado ingeniero del Ejército, el creador de una empresa para
la venta de aparatos de retransmisión y de recepción, naciendo en 1923 Radio
Ibérica, la primera emisora de España.
El éxito de radioyentes no tardó en extenderse por
todo el país en los años veinte, aprobándose en junio de 1924, en plena
Dictadura de Primo de Rivera, el Reglamento
de la Radiodifusión Española, comenzando a emitir ese mismo año, junto a
Radio Ibérica, Radio Barcelona (EAJ-14), a la que siguieron en 1925 Unión Radio
Madrid y su competidora Radio Catalana (EAJ-13).
De esta manera se implantaba en España un medio de
transmisión oral de vanguardia que pronto se reveló como un medio idóneo de
difusión propagandística de los pensamientos políticos, aunque las emisiones
también se convirtieran en un entretenimiento de masas en el que no faltaban
lecturas, debates de actualidad (serían célebres las tertulias de Ramón Gómez
de la Serna), divulgación de cine, arte y obras literarias, servicios
informativos y religiosos, la novedad de la música en directo y los
mensajes publicitarios. La competencia entre las emisoras por captar oyentes
con métodos creativos daría lugar a una nueva profesión: locutor de radio.
Calle Ferrari o Paseo de San Francisco, años 30 |
La expansión se continuaría en los años treinta,
siendo un dato significativo el que Unión Radio, que se convertiría en la radio
oficial del régimen republicano, retransmitiera el discurso oficial de
investidura de Niceto Alcalá Zamora, primer Presidente de la proclamada Segunda
República Española. Poco después, siendo Ministro de Comunicaciones Diego
Martínez Barrio, se suprimía la censura y la radio experimentó un considerable
crecimiento, aprobándose en diciembre de 1932 el Decreto para la adquisición de
licencias para el establecimiento de radios locales, de modo que las 8 emisoras
pioneras de los años veinte se convirtieron en 59, lo que estimuló la venta
masiva de receptores de radio.
Entre aquellas emisoras figuraban Radio Burgos y
EAJ-47 Radio Valladolid, primeros núcleos de radiodifusión en Castilla
concedidos por el Gobierno de la República a los jóvenes empresarios
emprendedores Fidel Ángel Martínez Sáez y Manuel Mata Villanueva.
Las pruebas de emisión de Radio Valladolid
comenzaron a finales de 1932, tras instalarse el primer "estudio" en
tres habitaciones del Hotel Francia, por entonces situado en la calle Teresa
Gil, que se convirtieron en sala técnica, en oficina de programación y en
locutorio. La expectación en la ciudad por tal innovación tecnológica, disparó
la venta de receptores de radio, de marcas tanto nacionales como extranjeras, que
se vendían en las recién abiertas tiendas especializadas.
Plantilla Real Valladolid años 30 |
Tras obtener las preceptivas autorizaciones
gubernamentales, de ser apoyados por entusiasmados periodistas de El Norte de
Castilla y de pasar un dilatado periodo de pruebas que culminó el 24 de enero
de 1934 con la presencia en Valladolid del señor Budi, ingeniero de la
Dirección General de Telecomunicaciones, que presentó un informe favorable, los
empresarios Fidel Ángel Martínez Sáez y Manuel Mata Villanueva anunciaron el
comienzo oficial de las emisiones el 1 de febrero de 1934, organizando una gran
fiesta para celebrar el acontecimiento. Fue
entonces cuando se eligió el nombre oficial —EAJ 47 Radio Castilla Valladolid—
y comenzaron las primeras emisiones compitiendo con Unión Radio Madrid, con
mayores medios e implantación territorial.
El día de la inauguración intervino en las ondas
Francisco de Cossío, por entonces director de El Norte de Castilla. En
principio Radio Castilla Valladolid tenía tres emisiones diarias que ocupaban
cuatro horas de programación: sobremesa (de 2 a 3 de la tarde), sección
especial diaria (de 6 a 7 de la tarde) y emisión de noche (de 9,30 a 11,30),
alcanzando una gran popularidad local, desde el primer momento, la locutora Ana
Eugenia Viliesid Russell, que a diario concentraba a los vallisoletanos en
torno a los receptores a las 2 de la tarde y que en su debut sus primeras
palabras fueron: “Señoras, señores, las
primeras palabras que pronuncie ante el micrófono como locutora o speaker de
E.A.J.-47, Radio Castilla-Valladolid, han de ser de expresión de mi saludo
cariñoso y cordial a todos los radioyentes”.
Gigantones de Valladolid en las fiestas |
El equipo de la emisora creó un boletín oficial de
la radio local, llamado Altavoz, en
el que, además de instruir sobre el buen uso de los receptores, informaba tanto
de las novedades de la radio local y nacional como de emisoras extranjeras,
iniciándose con regularidad el 8 de marzo de 1934 la programación oficial.
Junto a la música y comentarios de la cartelera de
espectáculos, se intercalaban noticias nacionales y locales, aunque en el
aspecto informativo, desgraciadamente el ambiente de Valladolid estaba
enturbiado por los sucesos ocurridos el 4 de marzo en el Teatro Calderón,
cuando tras la fusión de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista de
Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, con la Falange Española de José Antonio
Primo de Rivera, se produjeron altercados que culminaron con la muerte del
estudiante de medicina Ángel Abella.
También en 1934 Radio Valladolid trataba de la
celebración de la Semana Santa, incorporaba programas culturales, en
colaboración con la Universidad, comenzó la retransmisión de partidos de
fútbol, ofrecía cursos de francés e italiano (Sr. Santamaría), inglés (Gordon
Clarke) y esperanto (Sta. Cuini), dedicaba un espacio a la audiencia femenina e
incluso ofrecía tertulias de temática agrícola y sindical con el deseo de
incorporar a estos sectores en las nuevas tecnologías.
Nacionales y falangistas celebrando el fin de la Guerra en la Plaza Mayor |
El año 1935, que comenzaba ilusionante para el
sector de la radio vallisoletana, se tornó en negro debido al pago de cánones
sobre los derechos de autor, motivando las quejas de El Norte de Castilla,
convertido en portavoz de la radio local. Al cumplir su primer año en las
ondas, Radio Valladolid carecía de la financiación necesaria para mantener la
programación y su cierre parecía inminente, aunque ante la amenaza de ser
comprada por Unión Radio, la emisora pasó a tener a Jesús Varona como nuevo
dueño, que cambió las horas de emisión y emprendió un proceso de modernización dando
mayor impulso a la información, incluyendo conexiones con estudios de Madrid, y
potenciando la información deportiva.
En ese momento los receptores de todo el mundo
conocen un gran perfeccionamiento técnico y los modelos comienzan a renovarse
año tras año, siendo muy solicitados los receptores dotados de onda media y
onda larga (capaz de recibir las emisiones de las principales capitales
europeas), que comienzan a depurar las líneas de aquellos diseños en torno a
los cuales se reunía la familia.
Fachada del Ayuntamiento durante la Guerra Civil |
En el año 1936 los oyentes de Radio Valladolid
participaban de la difusión de las ideologías que se orientaban al
enfrentamiento que culminó con el levantamiento militar que provocó la Guerra
Civil. Valladolid, tras pocos días de resistencia, quedó bajo el dominio del
bando nacional, tomando el control de la radio local los falangistas que
apoyaban a los sublevados, que bajo la denominación de Radio FET nº 156 dieron
comienzo a la propaganda nacionalsindicalista y que, acabada la contienda, se
convertiría en uno de los principales altavoces de exaltación del régimen
dictatorial de Franco.
Por entonces comenzaban nuevos tiempos para la radio
local y para todo el país, pero esa es otra historia.
Toda la información de este
artículo está tomada del trabajo "La revolución de la palabra: del
lenguaje radiofónico al caso de EAJ-47 Radio Valladolid (1924-1936)", de
Matteo Tomasoni, Universidad de Valladolid, 2011.
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