Dominando la
tarde un punto negro
ha desnudado
su fragancia intacta
sobre la
hierba donde se consume
quien asiste
a la luz en sus recodos
y alcanza en
los peldaños del instante
la presencia
reciente de una mano
que acaricia
ese hallazgo. Dentro, al fondo,
en las
entrañas de ese verde brotan
quienes
persiguen el misterio, el alto
vuelo del
sol, la tenue encrucijada
del
laberinto del silencio. El alma
sedienta en
cada forma, en cada limpio
destello en esa brasa nace y brota
en perfecta
armonía con el mundo.
JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS (Este poema ha sido
publicado en enero de 2018 en la Revista Atticus Ocho, edición impresa).
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