31 de julio de 2020

Visita virtual: DORMICIÓN DE LA VIRGEN, una iconografía vinculada a la tradición mallorquina








DORMICIÓN DE LA VIRGEN
Joan de Salas (activo en Mallorca entre 1526 y 1538)
Hacia 1530
Madera con restos de policromía
Museo de Mallorca, Palma de Mallorca
Procedente del Convento de Jesús de Palma (depósito del obispado de Mallorca)
Escultura renacentista. Escuela aragonesa







Joan de Salas fue un escultor aragonés cuyos trabajos aparecen documentados en Mallorca entre 1526 y 1538, cuando en el panorama escultórico del Reino de Aragón destacaba la figura del gran maestro valenciano Damián Forment, en cuyo taller había trabajado Joan de Salas y cuya influencia sería notable sobre muchos escultores de la zona, especialmente en el proceso de incorporación de modelos renacentistas, en el despliegue de un nuevo tipo de decoración y en el clasicismo de las arquitecturas durante las primeras décadas del siglo XVI.

Joan de Salas llegaba a Mallorca plenamente formado en la tradición tardogótica para realizar trabajos de escultura en madera y piedra. Recién llegado, este escultor suscribía dos contratos seguidos. El 22 de febrero de 1526, acordaba con el Capítulo de la catedral, mediante documento notarial, la realización en piedra de Santanyí del portal del coro catedralicio, así como dos cruces en madera de nogal que señalarían los puestos de entrada al coro. Dos días después, Joan de Salas firmaba el compromiso, con dos representantes de la iglesia de Santa Eulalia de Palma, de realizar una talla de la Asunción o Dormición de la Virgen, que emularía el modelo existente en una capilla catedralicia del claustro, debiéndose ajustar a las mismas proporciones, a la disposición yacente de la Virgen, la forma de la corona y los ángeles colocados en la orla del manto, dejando el resto al criterio del escultor. Con un plazo de dos meses y medio, por dicha escultura recibiría treinta ducados de oro venecianos.
La elección de este escultor no respondía a sus méritos, ya que por entonces era un desconocido en Mallorca, sino al conocimiento de los eclesiásticos mallorquines del prestigio del taller de Damián Forment, avalado por los trabajos realizados para la Cartuja de Valldemossa, para el convento de Santo Domingo y para la Catedral mallorquina.
Por otra parte, hay que considerar que desde mediados del siglo XIV se había consolidado una sólida devoción al tema de la Asunción, adquiriendo un especial desarrollo litúrgico a partir del año 1456, cuando en la catedral mallorquina comenzó a celebrarse una procesión agosteña que solemnizaba el Tránsito de la Virgen y su ascenso al cielo.  
Para el encargo recibido, Joan de Salas habría de reinterpretar aquella iconografía marcada por la Dormición de la Virgen existente en la catedral, una representación mariana que unificaba la venerable tradición de la Dormición, Tránsito y Asunción de la Virgen, un misterio cuyos orígenes plásticos se remontan a la época bizantina (en la actualidad compartido por ortodoxos y católicos). 
Aquel modelo catedralicio de la Dormición no sólo era una pieza de talla, sino una estructura de cañas, cartón y pergamino, recubierta de tela encolada y recubierta por varias capas de yeso, así como trozos de cuerdas para conseguir ciertos volúmenes, mientras que la cabeza, extremidades, manos y pies fueron elaboradas con planchas de corcho. En su acabado se aplicarían varias capas de bol, un recubrimiento dorado y labores de policromía, es decir, una obra englobada en la denominada "imaginería ligera", muy apta, por su reducido peso, para su uso procesional.

La Dormición de la Virgen realizada por Joan de Salas para la iglesia de Santa Eulalia, que sigue el modelo homónimo de la catedral mallorquina, realizada en el siglo XV en la línea escultórica de Gabriel Moger II, es una figura yacente de notable tamaño —superior al natural— vestida con un hábito dorado y estofado, ceñido con un cinturón que aparece recorrido por una inscripción en letra gótica que reza: "Maria virgo exaltata est  super choros angelorum ad celestia regna. Alleluya". 
El rostro, de rictus sereno y tratado con refinamiento, aparece enmarcado por una toca y todo el cuerpo se cubre por un manto rodado que cubre la cabeza y se despliega hasta los pies formando pliegues muy suaves, incluyendo en los bordes una cenefa con cabezas de ángeles en relieve inscritas en estrellas de ocho puntas. Sobre la cabeza, ligeramente flexionada para reposar sobre cojines, luce una corona de madera policromada, mientras que las manos, en actitud orante, se giran hacia arriba y los pies se muestran desnudos. En su composición sigue el esquema de las figuras yacentes funerarias características del gótico, esto es, a pesar de su tendencia al naturalismo y su posición yacente, la figura y la caída de paños se presenta de acuerdo a su posición vertical, como si la figura estuviera de pie.

Joan de Salas establece en su Dormición de la iglesia de Santa Eulalia una evolución sobre el modelo catedralicio de Dormición que debía emular, apreciándose una evolución estilística desde el naturalismo tardogótico de aquella, hacia un innovador clasicismo renacentista en la obra de Joan de Salas, expresado fundamentalmente en el tratamiento de los pliegues y en los matices anatómicos, a pesar de compartir ambas las inscripciones gotizantes. Este hecho se repite respecto a la Dormición que se conserva en la parroquia de la población de Binissalem, que constituye una réplica del modelo de la catedral, realizada por tanto en una cronología coincidente, obra que seguramente procede del convento de Santo Domingo de Palma.

La Dormición de la Virgen que se expone en el Museo de Mallorca y que protagoniza esta reseña, se atribuye a Joan de Salas por las incuestionables coincidencias con la Dormición de la iglesia de Santa Eulalia, datándose en torno a 1530. Esta imagen de gran tamaño, procedente del Convento de Jesús de Palma (cedida en depósito al museo por el obispado de Mallorca), desafortunadamente presenta algunas mutilaciones en manos y pies, así como la pérdida de su policromía, aunque quedan restos visibles. En ella destaca el fino trabajo de la cabeza y la exquisita orla con pequeñas cabezas de querubines que recorre por completo el manto. Por otra parte, esta escultura presenta partes inacabadas que aportan como valor añadido datos para el estudio de las técnicas de trabajo.

Además de estas dos obras, el escultor Joan de Salas sería requerido como mínimo en dos ocasiones más para realizar otras vírgenes yacentes. El 1 de mayo de 1527 el escultor firmaba un contrato con Damiá Cruïlles y Rafael Calafat, obreros de la iglesia parroquial de la Virgen de Valldemossa, para realizar una imagen de la Asunción en madera de ciprés y de ocho palmos de largo, en cuyo contrato se especificaba que la cenefa del manto y el cinturón de la túnica estarían recorridos por pedrería de madera en relieve, solicitando una diadema estrellada con una cruz central y estableciendo un plazo de ejecución de dos meses y un precio de dieciocho ducados. 
Dos años más tarde, el 8 de diciembre de 1529, Joan de Salas firmaba un acuerdo notarial con Bartomeu Mas, representante de la villa de Campos, para realizar una Asunción en madera de ciprés, de nueve palmos de largo, con un plazo de cuatro meses y un precio estipulado en dieciocho ducados de oro.
Estas dos últimas imágenes, que presentan notables semejanzas entre sí, son más pequeñas que el ejemplar de Santa Eulalia, con mayor simplificación de líneas y ornamentación, siguiendo la tipología habitual de las Vírgenes muertas. La causa posiblemente se encuentre en que su realización se llevó a cabo al tiempo en que el escultor trabajaba en el coro catedralicio, pues la obra de Campos coincidió con la firma del contrato, el 18 de junio de 1529, para realizar en la catedral dos púlpitos y el cerramiento del coro entre ellos.

Por tanto, a modo de recapitulación, habría que reseñar que la Dormición de la catedral constituyó el modelo escultórico original, que copió el ejemplar de Binissalem, escenificando, desde un lenguaje gótico cuatrocentista, el inicio de la evolución hacia formas naturalistas. 
Sobre este modelo, Joan de Salas introduce el componente clasicista en los ejemplares de Santa Eulalia y del Museo de Mallorca, espectaculares y grandiosos, que se continúan de forma más sencilla en las tallas de la "part forana" de Valldemossa y Campos. Además, los modelos de Joan de Salas fueron el referente en Palma para los conservados en las parroquias de Santa Cruz, San Miguel o el Convento de la Concepción, siendo el simbolismo de la Asunción, representado como la Dormición, el que definiría la iconografía balear en el siglo XVI.

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN PRESENTADA COMO LA DORMICIÓN             

El tema del Tránsito y Asunción de María es uno de los más desarrollados desde el siglo XVI en todo el arte católico, especialmente desde la reacción de la Iglesia a la Reforma luterana. Si en la zona de influencia de Castilla fue preceptiva la presencia de la Asunción en todos los retablos como expresión gloriosa, no faltaron representaciones de la Dormición, como lo testimonia la venerada imagen de la Virgen del Tránsito del Convento del Corpus Christi (Clarisas Descalzas) de Zamora, obra anónima del siglo XVII que responde a los deseos de Ana de la Cruz, primera abadesa del cenobio, que en 1619 decidió incorporar al culto esta imagen en una comunidad de clarisas que había llegado de Gandía (Valencia) por deseo de Ana Osorio de la Ribera, fundadora del convento.

Alejo de Vahía. La Dormición, h. 1490, Museo de la Catedral, Valencia
En efecto, la Dormición de la Virgen se convertiría en una iconografía muy habitual en el Levante español, siendo numerosos los ejemplos conservados en toda la Comunidad Valenciana, donde hacia 1490 ya era un tema representado por Alejo de Vahía en la catedral (Museo de la Catedral de Valencia), alcanzando su mayor protagonismo en las representaciones del drama sacro-lírico del Misterio de Elche. Igualmente fue una iconografía muy extendida por poblaciones murcianas, como Jumilla, Fortuna o Cieza, en prácticamente todas las poblaciones de Baleares y por toda la Andalucía barroca. Estas imágenes irrumpieron de forma masiva en el siglo XVI, se extendieron en el siglo XVII y alcanzaron su punto álgido en el siglo XVIII, cuando se acompañaron de vistosos montajes efímeros no sólo en España, sino también en Italia, Filipinas e Hispanoamérica.

Representación del Misterio de Elche, Basílica de Santa María de Elche, 2016
En nuestros días, en el intento de una recuperación patrimonial de tintes autóctonos, en numerosas iglesias y monasterios de toda Mallorca han comenzado a celebrarse en el mes de agosto —el 15 es festividad de la Asunción— las representaciones marianas de las Llits de la Mare de Déu Morta (Camas de la Virgen muerta) como aportación a la celebración de la Asunción, donde junto a sofisticadas escenografías que rodean la imagen de la Dormición, se celebran algunas procesiones, novenas, conciertos y otras manifestaciones de carácter popular que rememoran el antiguo ritual barroco, apareciendo en muchos casos la imagen de la Virgen yacente custodiada por figuras de ángeles y apóstoles. Normalmente las imágenes se exponen al culto dentro de urnas acristaladas, de las que únicamente son sacadas para las celebraciones agosteñas.

Esta rememoración mallorquina de la assumptio, glorificación y elevación del cuerpo y alma de la Virgen, hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa del Espíritu Santo, de la que fueron testigos los apóstoles (a excepción de Santo Tomás), según la tradición cristiana, hunde sus raíces en tiempos de Jaime I. Hay que recordar que la catedral mallorquina está consagrada a la Asunción de la Virgen María. 
Anónimo. Dormición de la Virgen, s. XV / Cama del siglo XVII, Catedral de Palma de Mallorca
Fue el obispo Berenguer Batle el que ordenó una celebración equiparable a la de Navidad, conociéndose que ya en 1456 el gobernador Francesc d'Erill y los jurados del Reino celebraban una procesión el 15 de agosto por las calles de la ciudad con el lecho de la Virgen portado por once presbíteros que representaban a los apóstoles.
Estos rituales se extendieron a los pueblos mallorquines, conservándose en la actualidad esta costumbre en Valldemossa, donde anualmente de celebra la Processó de ses crestes o Procesión de las aureolas, que toma el nombre de la diadema que los acompañantes de la Virgen portan sobre sus cabezas para representar la aureola o nimbo de los apóstoles.

Joan de Salas. Dormición de la Virgen, 1526, iglesia de Santa Eulalia, Palma
A pesar de todo, conviene recordar que la declaración del dogma de fe católica respecto al misterio de la Asunción, no se produciría hasta el 1 de noviembre de 1950, cuando el papa Pío XII publicó la bula Munificentissimus Deus.  

EL PATRIMONIO ASUNCIONISTA MALLORQUÍN: LLITS DE LA MARE DE DÈU

Las Camas de la Virgen son piezas monumentales que se exponen unos días al año en las iglesias mallorquinas con motivo de la festividad del 15 de agosto. Según el historiador Gabriel Carrió, suponen los "restos de un naufragio", ya que su máximo esplendor lo alcanzaron en el siglo XVII como parte de un ritual festivo formado por procesiones, paraliturgia teatral, folklore musical y arreglos de mobiliario que contribuían a exaltar el dogma cristiano de la Asunción mediante imágenes yacentes de la Virgen que evocan el tránsito de la vida terrenal a la vida espiritual. La celebración de este misterio, relacionado con el teatro de fines de la Edad Media, se mostraba en una procesión pública y en la celebración de una misa que reunía a los representantes de los apóstoles, llegados para asistir a la muerte de María y su ascenso al cielo en cuerpo y alma después de ser sacada de su lecho mortuorio.

Dormición de la Virgen. Iglesias de Alaró y Algaida, Islas Baleares
La importancia de esta celebración, genuinamente mallorquina, queda patente en el número de iglesias de toda la isla que guardan testimonios de aquellos rituales, llegando a la veintena las iglesias de Palma que conservan y exponen las imágenes de la Dormición de la Virgen, entre las que actualmente destacan la de la Catedral, obra del siglo XV, con cama barroca del XVII en la que aparece el escudo de Juan Bellato, canónigo de la catedral; la de la iglesia de Santa Eulalia, obra de Joan de Salas de 1526; la de la iglesia de San Jerónimo, obra anónima del siglo XVI; la del Conjunto Monumental de San Juan de Dios, imagen del siglo XVI transformada en el XVIII; la de la iglesia del convento de la Concepción, obra de Miquel Barceló de 1696; la de la iglesia de Santa Clara, con cama rococó; la de la iglesia de Santa Catalina de Siena, obra de Andreu Carbonell, realizada en 1730; o la de la iglesia de San Jaime, obra de Adrià Ferran de 1818.

Dormición de la Virgen. Iglesia de S'Arracó, Islas Baleares
Esta proliferación de "Vírgenes muertas" llega hasta la cincuentena en los pueblos mallorquines, siendo expuestas en agosto en las poblaciones de Alaró, Alcúdia, Algaida, S’Alqueria Blanca, S’Arracó, Artà, Banyalbufar, Binissalem, Bunyola, Sa Cabaneta, Calvià, Campos (en dos iglesias), Costitx, Esporles, Felanitx, Fornalutx, Inca (en dos templos), Lloseta, Llubí, Manacor, Mancor de la Vall, Montüiri, Muro, Petra, Pina, sa Pobla, Porreres, Puigpunyent, Sant Joan, Sant Llorenç, Santa Eugènia, Santa Margalida, Santa Maria del Camí, Santanyí, Selva, Sencelles, Sineu, Sóller, Son Servera, Valldemossa y Vilafranca de Bonany.

Este fenómeno de proliferación iconográfica de la Dormición-Asunción, convierte a Mallorca hoy en día en uno de los pocos lugares del mundo donde todavía se conserva esa tradición universal, una fiesta que en su actual afán de recuperación cuenta con la colaboración institucional del Consell de Mallorca, el Ayuntamiento de Palma y el Obispado, así como de la Catedral de Mallorca y de las asociaciones ARCA y Amics del Patrimoni.

Adrià Ferran. Dormición, 1818, iglesia de San Jaime, Palma
Para terminar, citaremos como obras excelentes de Joan de Salas, los espectaculares púlpitos renacentistas de la catedral de Palma de Mallorca, que realizados en piedra entre 1529 y 1533 muestran figuras de atlantes, variedad de grutescos, hornacinas aveneradas con un variado santoral y relieves con escenas de la vida de la Virgen y de Cristo. Estos estuvieron situados en origen en la nave central, junto al coro, de cuyo portal también fue artífice Joan de Salas.


Informe y fotografías: J. M. Travieso.







Izda: Dormición, iglesia San Mateo, Bunyola, Islas Baleares
Dcha: Virgen del Tránsito, convento Corpus Christi, Zamora (Foto
Blog Jesusario)
Bibliografía

GAMBÚS SAIZ, Mercè: L'obra de l'escultor Joan de Salas a Mallorca (1526-1538): noves aportacions. Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana: Revista d'estudis històrics, (BSAL) nº 64, 2008, pp. 255-280.










Joan de Salas. Púlpito, 1529-1533, Catedral de Palma de Mallorca









Joan de Salas. Púlpito, 1529-1533, Catedral de Palma de Mallorca







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