MADONNA DEL DITO O VIRGEN DEL DEDO
Bartolomeo Mancini (Florencia, h.1630
– Roma, h. 1727)
1727
Óleo sobre cobre
Real Iglesia de San Miguel y San
Julián, Valladolid
Pintura barroca italiana. Escuela toscana
Carlo Dolci San Gabriel y Virgen de la Anunciación, 1653 Museo del Louvre, París |
La iconografía religiosa heredada del medievo se enriqueció en la
pintura barroca con la aparición de nuevos géneros, como bodegones, vanitas o temas
costumbristas e históricos, caracterizándose en todos los casos por la búsqueda
de realismo a través de recursos efectistas —proliferación de trampantojos— y
de cierta carga teatral. Más que la línea y el trazo se utilizarían
preferentemente el color y la luz para crear un efecto de profundidad y de perspectiva
visual a partir del dominio absoluto de las técnicas pictóricas, con escenas plenas
de volumen y descritas con detalle.
Desde el naturalismo y el tenebrismo implantado por Caravaggio en la pintura italiana, después continuado por José de Ribera, junto a la corriente clasicista de los Carracci, seguida en Roma por sus discípulos Domenichino, Guido Reni y Guercino, hasta llegar al barroco pleno, donde la presencia de Rubens fue fundamental para la configuración del nuevo estilo, en el que como novedad aparecieron las grandiosas composiciones ilusionistas realizadas al fresco en las bóvedas, con Giovanni Lanfranco y Pietro da Cortona como grandes decoradores, se fueron configurando en la Italia barroca diversas escuelas regionales diferentes a las tendencias romanas. Es el caso de las escuelas boloñesa, napolitana, milanesa, genovesa, veneciana y toscana.
Carlo Dolci Izda: Dolorosa, Museo Fitzwilliam, Cambridge Dcha: Dolorosa, h.1655, Museo Nacional de Arte Occidental, Tokio |
Nacido en Florencia en 1616, comenzó su formación en 1625, a los nueve
años, junto a Jacopo Vignali, pasando a ser aprendiz de Mario Balassi. Durante
su juventud se dedicó a copiar obras de grandes maestros, como Fra Angélico,
Ghirlandaio, Miguel Ángel y Correggio, estudiando a través de la colección
Médici a Willeem van der Aelst, pintor holandés contemporáneo. En el censo de
Florencia ya aparece mencionado como pintor independiente en 1632.
Es su biógrafo Filippo Baldinucci, tratadista del siglo XVII, quien nos
informa que sus primeros patronos fueron Piero de Médici, el músico Antonio
Landini y el cardenal Leopoldo de Médici, así como que no se dedicó al fresco, técnica
que necesita rapidez en su ejecución, sino a realizar obras en pequeño formato
—con algunas excepciones a tamaño natural— trabajadas con la paciencia de un
orfebre, algunas durante meses, para conseguir el mayor realismo, refiriendo respecto
a sus obras que “por más que se tocase el lienzo para asegurarse de que fuera
una pintura, en la mirada permanecía la duda”.
Bartolomeo Mancini. Madonna del Dito, 1727 Reel Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid |
Su depurada técnica evolucionó en
su madurez hacia una pintura más compleja y sofisticada, mostrando su
atormentada personalidad de forma más patente a partir de la década de 1640. Con
una obra ajena a las aportaciones de la escuela boloñesa de su tiempo,
caracterizada por el colorido vigoroso y la luminosidad, así como por la emoción
y el dinamismo de las figuras, Carlo Dolci se mantuvo siempre fiel a la
tradición florentina, rígida en su academicismo, realizando composiciones de
extraordinaria delicadeza y con marcado sentido poético, con una ejecución
impecable y rigurosa en la descripción de los detalles, que en términos
actuales podríamos catalogar como “hiperrealista”. Con magistral pincelada, sus
figuras aparecen reposadas e irradiadas de luz lunar, envueltas en suaves
tejidos, adornadas con espléndidas joyas y con carnaciones con aspecto de
porcelana, recordando las obras de Broncino, habiéndose comprobado
recientemente algunos de sus originales recursos, como el uso del oro aplicado
en polvo finísimo en las aureolas para lograr un efecto difuminado.
Bartolomeo Mancini. Madonna del Dito, 1727 Real Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid |
Carlos Dolci murió en Florencia en 1686. Dejaba como legado aquellas pinturas en las que pacientemente invertía muchas horas de trabajo y que le colocan a la cabeza de la pintura florentina del Seiscientos. El historiador alemán Rudolf Wittkower equipara su pintura religiosa realista con la que había realizado en Roma el pintor Sassoferrato (1609-1665).
Una de las más celebradas creaciones de Carlo Dolci fueron las representaciones virtuosistas de la Virgen en forma de busto, realizadas en pequeño formato (cuadrado u ovalado), sobre distintos soportes (lienzo, cobre, etc.) y adaptadas a distintos pasajes evangélicos, desde el episodio de la Anunciación, como aparece en la magnífica pareja con el arcángel San Gabriel del Museo del Louvre, realizada entre 1653 y 1655, hasta su representación como Mater Dolorosa, de las que hizo diferentes versiones en las que se repite la figura con la cabeza suavemente inclinada, las manos cruzadas a la altura del pecho, cubierta por un manto azul intenso, entre el que asoman mangas rojas y una toca blanquecina, recortándose sobre un fondo neutro sobre el que destaca un nimbo difuminado.
Bartolomeo Mancini. Detalle de la Madonna del Dito, 1727 Real Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid |
EL PINTOR BARTOLOMEO MANCINI Y LA MADONNA DEL DITO
Uno de los pocos discípulos de Carlo Dolci fue el florentino Bartolomeo Mancini, un pintor que desarrolló su actividad entre las últimas décadas del siglo XVII y las primeras del XVIII, de cuya biografía se tienen muy pocas noticias. Dominando con habilidad la técnica de la pintura al óleo sobre lienzo y cobre, en su obra se ajusta plenamente al modo personal de su maestro, que repite miméticamente tanto en la temática —básicamente retratos y obras devocionales— como en el estilo depurado y virtuosista de carácter hiperrealista, destacando sus versiones de la Virgen Dolorosa en que la figura presenta un acabado preciosista.
En sus retratos Bartolomeo Mancini aplica los recursos tomados directamente de Carlo Dolci, con la figura representada hasta la cintura y colocada ante un fondo neutro, con las carnaciones nacaradas, un sutil sombreado muy difuminado y una expresión muy contenida, dignificando al personaje con el trabajo de la indumentaria, descrita de forma pormenorizada con elegantes tejidos e incorporando diferentes joyas, especialmente en los retratos femeninos. Un buen ejemplo es el retrato de la joven princesa Violante Beatriz de Baviera, hija del elector Fernando de Baviera, que Bartolomeo Mancini pintara en 1690 (firmada y fechada en la parte posterior del lienzo) y que actualmente se conserva en la Pinacoteca Crociani del Museo Cívico de la ciudad italiana de Montepulciano.
Detalle del sobremarco de la Madonna del Dito Real Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid |
Siguiendo esta iconografía se encuentran la Madonna del dito del Museo Casa Martelli de Florencia, que cuando esto se escribe tiene su parangón en una buena serie de obras que se ofrecen en el mercado internacional de anticuarios.
Bartolomeo Mancini. Madonna del Dito Museo Casa Martelli, Florencia |
Arquetipo de la tipología trabajada por Bartolomeo Mancini siguiendo la senda de Carlo Dolci, con una gran similitud a la conservada en la Casa Martelli de Florencia, en la pintura aparece el busto de la Virgen, colocado en escorzo, con la cabeza suavemente inclinada y cubierta por una toca a la que se superpone el manto de azul intenso, que también cubre las manos cruzadas en el pecho dejando asomar el dedo pulgar de la mano izquierda. La figura se perfila sobre un fondo monocromático de tono ocre sobre el que destaca una aureola que bordea la cabeza en forma de resplandor difuminado.
Bartolomeo Mancini. Madonna del Dito Mercado el arte |
Con este tipo de obras Bartolomeo Mancini lograría, a pesar de la dependencia de los modelos creados por Carlo Dolci, demostrar su propia identidad expresiva, capaz de satisfacer a los clientes más exigentes, como lo demuestra la gran cantidad de obras que le fueron solicitadas con este tema.
Bartolomeo Mancini. Madonna del Dito Ambas en el mercado del arte |
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
Resto de las fotografías tomadas en la red de las instituciones correspondientes.
Bartolomeo Mancini Izda: Dolorosa, Pinacoteca del Templo de la Profesa, México Dcha: Retrato de Violante de Baviera, 1690, Museo Civico de Montepulciano |
Carlo Dolci Izda: Florero, 1662 / Dcha: Autorretrato, 1674 Galería Uffizi, Florencia |
ALGUNAS PINTURAS REPRESENTATIVAS DE CARLO DOLCI
Carlo Dolci Izda: Alegoría de la Poesía, Gal. Nal. Palacio Corsini, Florencia Dcha: Alegoría de la Paciencia, 1677-Galería Carlo Orsi, Milán |
Carlo Dolci Izda: La Caridad, 1659, Museo Civico de Prato Dcha: La Sinceridad, 1665, Kunsthistorisches Museum, Viena |
Carlo Dolci Izda: San Juan Evangelista, mercado del arte Dcha: Santa Ágata, 1665-70, Colec. Casa Osterley, Londres |
Carlo Dolci Izda: Salomé con la cabeza del Bautista, h.1670, The Royal Collection, Windsor Dcha: Arrepentimiento de San Pedro, Museo Universidad Bob Jones, Greenville (USA) |
Carlo Dolci Izda: San José y el Niño, 1635-1640, Museo de Bellas Artes, Marsella Dcha: Niño Jesús con corona de flores, 1663, Museo Thyssen, Madrid |
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