MUSEO DEL PRADO. Sala 47 Edificio Villanueva
Madrid
Los biógrafos de Miguel Ángel, Vasari y Condivi
narran que, al volver de Bolonia a Florencia en 1495, su primer encargo fue una
estatua en mármol de un San Giovannino
hecha para Lorenzo di Pierfrancesco de Médicis (primo de Lorenzo el Magnífico),
que hoy se identifica con esta escultura. En lugar de seguir el modelo del San
Juan Bautista de Donatello (Florencia, Museo del Bargello), como hacían los
demás escultores florentinos, Miguel Ángel representó al santo más joven, como
un niño de unos 6 o 7 años. Siguiendo el ejemplo de la escultura helenística
griega, apoya la pierna izquierda sobre una roca y al doblarla ligeramente crea
unas elegantes líneas oblicuas, un recurso estético que el artista utilizaría
en diversas obras. Los brazos doblados, la cabeza ligeramente inclinada y el
énfasis en el cuerpo desnudo recuerdan modelos de la escultura clásica, tan
admirada por Miguel Ángel. Se perciben semejanzas compositivas evidentes entre
esta y otras obras del maestro, como el pequeño san Juan Bautista en el cuadro
inacabado conocido como la Madonna de
Manchester (Londres, National Gallery, 1495-1496) y la escultura de Baco con sátiro del Museo del Bargello
(1497-98).
En 1498/99 este San Juanito se encontraba en el
palacio florentino de Lorenzo di Pierfrancesco de Médicis, mecenas de Sandro
Botticelli (1445-1510). Cosme I de Médicis, que consiguió establecer su poder
en Florencia en 1537 gracias al apoyo de Carlos V, adquirió la propiedad del
Palazzo Vechio y las colecciones de Pierfrancesco, y agasajó a Francisco de los
Cobos con la estatua de Miguel Ángel. Según una carta de Cosme, el San Juanito
fue enviado en el otoño del mismo año directamente a España, a su villa de
Sabiote, pasando a enriquecer, tras su muerte, la capilla sepulcral que mandó
construir en su ciudad natal de Úbeda. En esta capilla de grandes dimensiones,
terminada en 1568, se describe un “San Juan Baptista de bulto de alabastro”. La
escultura estuvo expuesta hasta 1936 en un nicho cerca del retablo mayor de
madera dorada realizado por Alonso de Berruguete (h. 1488-1561), también
gravemente dañado en 1936.
En un acto de vandalismo cometido a comienzos de la
Guerra Civil, en julio de 1936, la escultura quedó rota en pedazos y la cabeza
fue quemada. Solo se pudieron recoger catorce fragmentos, el equivalente al 40%
de su volumen original. El delicado y complejo proyecto de recuperación de la
obra empezó en 1994 en el Centro de Restauración de Florencia (Opificio delle
Pietre Dure). Se utilizaron para ello métodos novedosos, como el uso del láser
para limpiar la superficie negra y abrasada de la cabeza, o la reconstrucción
virtual en 3-D de la escultura completa basándose en fotografías tomadas poco
antes de su destrucción. Una vez montada la estatua con los fragmentos
originales de mármol, se integraron las partes perdidas, realizadas con fibra
de vidrio y luego estucadas, entonadas con témpera y selladas con cera y barniz.
La escultura recuperada fue presentada al público florentino en 2013.
Previamente a su regreso al lugar de origen en
Úbeda, la obra se expone temporalmente en la sala 47 del Edificio Villanueva del
Museo del Prado con las tarifas y el horario habitual.
EXPLICACIONES EN SALA
Durante los meses de abril, mayo y junio se
organizarán breves explicaciones delante de la obra para situarla en su
contexto histórico-artístico y comentar su presencia en el Museo en relación
con su colección.
—Martes y miércoles a las 12.30 y 17.30 h.
—Excepto 1 de abril.
Sala 47. Actividad gratuita para los visitantes con entrada al Museo.
* * * * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario