PASIONES
El entusiasmo bailó secundado por la euforia, la
alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la
apatía, a la que nunca interesaba nada.
Bailó y bailó con desenfreno, fuera de sí, eufórica,
como si le fuera la vida en ese baile, se sentía entusiasmada, no podría ser
más feliz, la alegría le brotaba de todos los poros de su piel. Le parecía que
flotaba, estaba en otro mundo, en otra dimensión, fuera de su propio cuerpo...
Le había costado mucho lanzarse a la acción, le
había costado un trabajo ingente pensar y decidir; todo le inducía a olvidarse
del asunto, pero en su fuero interno, algo como una vocecita le decía: no lo
pienses más, actúa, es el modo como te sentirás feliz y en paz, como harás
aquello en lo que crees, lo que piensas que es necesario y además justo para restablecer el equilibrio
de la vida, una vida por otra.
Cuando el oficial del juzgado fue a interrogarla
sobre su participación en la muerte de su marido, la encontró inmóvil sobre la
cama, abrazada a la fotografía de su hijo y con una expresión de felicidad en
su cara, los ojos fijos en la foto y un gesto de paso de baile que se formaba
con el escorzo de sus piernas.
Mª CRUZ GARCÍA, mayo 2014
Taller
Literario Domus Pucelae. Texto nº 7
Ilustración:
"La familia bien, gracias".
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Me encanta la ilustración.
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