DAVID
Donato di Niccolò di Betto Bardi, Donatello (Florencia, 1386-1466)
Hacia 1440
Bronce
Museo Nacional del Bargello, Florencia
Escultura del Renacimiento. Quattrocento italiano
La escultura de David es una obra cumbre del Renacimiento italiano, realizada por Donatello en su momento de plenitud, entre los años 30 y 40 del siglo XV, cuando el escultor florentino rondaba los 50 años. Este bronce supone la total recuperación de los cánones escultóricos de la estatuaria clásica grecorromana y el final del camino emprendido por una serie de escultores italianos movidos por el afán de innovación, que abandonando paulatinamente la rigidez del Gótico pusieron sus ojos en los modelos naturalistas de la antigüedad y los adaptaron a las necesidades de su tiempo.
Este fenómeno, entendido como la búsqueda del clasicismo, tuvo lugar en la ciudad de Florencia durante el siglo XV, un periodo especialmente creativo en todas las facetas artísticas que sería recordado en la historia del arte como el Quattrocento. Pero para conocer la verdadera trascendencia del David de Donatello es necesario conocer el contexto histórico en que se elaboró la escultura.
Por un lado hay que tener en cuenta que la península itálica de aquel momento estaba organizada en ciudades-estado, encontrándose entre las más pujantes Venecia, Milán y Roma. Pero desde los primeros años del Quattrocento se fue consolidando en la Europa del gran comercio una sociedad mercantil que permitió la creación de instituciones bancarias que operaban en las principales ciudades. Al imparable negocio del dinero se dedicó la familia florentina de los Médici, que enriquecida pudo acceder al poder y al control político de la ciudad-estado de Florencia, iniciando una política expansionista de carácter militar por las ciudades vecinas hasta alcanzar la supremacía en territorio italiano.
Pero Florencia no sólo pasó a convertirse en el estado económico y militar más pujante, sino también en un foco de irradiación cultural cuyo alcance produciría en los años sucesivos un cambio de la concepción del mundo en toda la Europa occidental, haciéndose presente la corriente humanista de allí emanada en todas las facetas de la vida. Una causa decisiva fue la labor de mecenazgo ejercida por los Médici sobre todas las artes, aunque con ello se buscase un prestigio personal imperecedero. Esta iniciativa de los Médici fue recogida con agrado por los artistas de la época, pues viendo que sus protegidos eran equiparados a los oficios liberales, encontraron una vía para acabar con el concepto medieval del artista como mero artesano, pasando a adquirir el rango de intelectual, tal y como lo había reivindicado el arquitecto Leon Battista Alberti, que llegó a proponer la formación de los artistas en todas las disciplinas.
Todo esto fue vivido con intensidad por una primera generación de escultores integrada por Jacopo della Quercia, Lorenzo Ghiberti, Nanni di Banco, Luca della Robbia y Donatello, que implantaron las bases de lo que se convertiría en la Escuela de Florencia, caracterizada por su afán innovador a partir de la revitalización de la escultura clásica de la antigüedad y el estudio científico de las leyes naturales, aportando modelos que causaron una auténtica conmoción en el mundo artístico y que convertirían a la ciudad de Florencia en un centro de atracción para la formación de artistas foráneos llegados de distintas partes de Europa para seguir la estela de estos grandes maestros.
Y al igual que Brunelleschi renovó el concepto de la arquitectura de su tiempo y Masaccio el de la pintura aplicando las leyes de la perspectiva en el dibujo y el color, Donatello, discípulo de Ghiberti y protegido de Brunelleschi, fue el gran renovador de la escultura, con una obra que evoluciona desde un marcado idealismo en su primera etapa hasta formas muy expresivas y de acentuado realismo en su obra final.
EL SIGNIFICADO DEL DAVID DE DONATELLO
Donatello, que había influido en Cosme de Médici para que iniciara el coleccionismo de esculturas antiguas, recibió el encargo de este gobernante de realizar una escultura en bronce destinada a su célebre jardín, una escultura que representara el episodio de David venciendo al gigante Goliat. En realidad la petición de aquella escultura no obedecía a un interés decorativo, sino simbólico, pues con ella Cosme de Médici lo que pretendía era celebrar las victorias de la joven Florencia sobre la poderosa Milán, un histórico gigante militar, encontrando en el personaje bíblico un trasunto apropiado para la propaganda política, algo que enseguida fue comprendido por Donatello, que inauguró una iconografía basada en la idea del triunfo de la inteligencia sobre la fuerza, que él mismo trabajaría en mármol en tres ocasiones más y que sería continuada, con el mismo simbolismo, por Andrea del Verrocchio y finalmente por Miguel Ángel.
En esta ocasión Donatello elaboró, mediante la fundición a la cera perdida, una magistral escultura de bulto redondo que no llega al natural, de 1,58 metros de altura, con un aire decididamente clásico muy próximo a los modelos de Praxíteles y que, recogiendo el relato bíblico del Primer Libro de Samuel, constituye el primer desnudo en escultura realizado desde la antigüedad clásica, ya que el tema sirve de pretexto al escultor para profundizar en el estudio anatómico y en la exaltación del cuerpo humano, factores que se convertirían en una constante de la nueva escultura del Renacimiento.
La figura bíblica, sorprendentemente presentada como un desnudo clásico muy ponderado, con la apariencia de un antiguo héroe y con una ejecución técnica impecable, denota un estudio riguroso de cada uno de los detalles a resaltar, lo que Donatello convierte en una composición de gran firmeza.
El héroe está representado como un adolescente frágil y audaz que se yergue victorioso sobre su recién vencido rival, cuya cabeza aparece a sus pies después de haber sido decapitado con su propia espada, que el vencedor aún sujeta en su mano derecha mientras en la izquierda conserva la certera piedra lanzada con su honda. Con un rostro sereno y una anatomía un tanto andrógina y delicada, se cubre con un sombrero de paja típico de los pastores de Toscana sobre el que reposa una corona de hojas de amaranto, en clara referencia a los héroes griegos. Sus pies calzan una botas, a modo de borceguíes, que casi le llegan hasta la rodilla y que están decoradas con finas labores que reproducen roleos clásicos a candelieri, decoración típica del primer Renacimiento así llamada por colocar motivos vegetales de forma simétrica a los lados de un eje, del mismo modo que los brazos de un candelabro. En la figura se aprecia la búsqueda de los efectos pictóricos que brinda el bronce y el uso de pátinas, contrastando con la tersura de la piel juvenil los minuciosos detalles de los cabellos, el gorro, la corona y la cabeza del gigante filisteo que aparece en la base.
La cabeza de Goliat descansa abatida sobre una corona de laurel y se cubre con un yelmo decorado con relieves historiados que paradójicamente representan su regreso victorioso sobre una carroza con acompañamiento de putti o figuras infantiles de amorcillos. Tiene largas barbas y sus ojos están cerrados en alusión a su muerte, reforzando la idea de su derrota la colocación del pie del vencedor sobre su rostro, recurso que además obliga a flexionar la pierna para adoptar la figura la postura de contrapposto, movimiento de origen clásico que rompe la ley de frontalidad al hacer descansar el peso del cuerpo sobre una sola pierna. Todos estos recursos pretenden enfrentar simbólicamente la pasión controlada, personificada en David, a su vez símbolo del joven estado de Florencia, con la pasión desbocada que encarna Goliat, símbolo sutil del estado de Milán, al que también se alude en la espada con forma de cruz, que además está recorrida por la inscripción "Pro Patria fortiter dimicantibus etiam adversus terribilissimos hostes di i praestant auxilium" (A los que valientemente lucharon por la madre patria, los dioses darán su ayuda incluso ante los más terribles enemigos).
La perfección e innovación de la escultura y su adecuación a los deseos del comitente hicieron que fuese colocada en el patio del palacio que para los Médici construyera Michelozzo en Florencia, permaneciendo en este lugar hasta 1495, cuando Piero de Médici fue expulsado de la ciudad, momento en que pasó al patio del Palazzo Vecchio, sede de la Signoria. En la actualidad se expone en la sala del Palacio del Bargello, antigua sede del Gran Consejo, desde que en 1886 fue adaptada para albergar obras emblemáticas de Donatello y otro escultores florentinos de su tiempo. En esa misma sala la escultura fue sometida durante el año 2007 a un proceso de limpieza y consolidación que pudo ser seguido en directo a través de Internet.
Ilustraciones: 1 Vista general del David de Donatello. 2 Detalle del torso. 3 Detalle de la cabeza de David. 4 Detalle de la cabeza de Goliat. 5 Proceso de restauración en el Bargello el año 2007.
Informe y tratamiento de fotografías: J. M. Travieso
* * * * *