CERÁMICA MURAL DECORATIVA
Fábrica La Roqueta (Palma de Mallorca, 1897-1918)
1902-1905
Paneles de cerámica decorativa esmaltada y recipientes decorativos
Museo de Mallorca, Palma de Mallorca
Modernismo. Artes aplicadas
|
2 Cerezos y almendros en flor con vencejos, 1902 Josep Hoyo |
A finales del siglo XIX y principios del XX se generalizó una corriente
de renovación artística que, bajo la denominación de Art Nouveau en
Bélgica y Francia, Jugendstil en Alemania, Sezession en Austria, Nieuwe
Kunst en Países Bajos, Modern Style en los países anglosajones, Style
Liberty en Italia o Modernismo en España e Hispanoamérica, intentaba
crear un arte nuevo, libre y moderno, con una estética rupturista ajena al
historicismo, eclecticismo, realismo o impresionismo extendidos en esa época, con
la conciencia de futuro y de progreso. Esta corriente, que se convertiría en un
estilo bien definido, tomaba como fuente de inspiración la naturaleza e
incorporaba novedades en el uso del acero y cristal, derivadas de la revolución
industrial. Este movimiento dio paso, en la década de 1920, a otro denominado Art
decó, con características propias y diferentes.
En el intento de socializar el arte, el Modernismo no solo afectó a las
artes mayores —arquitectura, pintura y escultura—, sino también a las artes
decorativas, al mobiliario, la rejería, joyería, cristalería, artes gráficas, lámparas,
cerámica, azulejería y todo tipo de objetos utilitarios de la vida cotidiana,
incluyendo todas las variantes del mobiliario urbano, siempre con la intención
de conseguir unos valores estéticos accesibles a toda la población y fusionar
las nuevas técnicas con una esmerada actividad artesanal.
|
3 Josep Hoyo. Detalles del mural cerámico Cerezos y almendros en flor con vencejos, 1902 |
Como características generalizadas, el Modernismo muestra su inspiración
en la naturaleza y su preferencia por elementos de origen natural, especialmente
por los vegetales y las formas redondeadas de tipo orgánico; presenta una tendencia
a la estilización de los motivos, buscando sus valores estéticos por encima de
la representación realista; busca la complacencia de los sentidos e incorpora
notas de sensualidad, incluso de erotismo; utiliza con absoluta libertad los
motivos exóticos, tanto en elementos productos de la fantasía como en otros
inspirados en culturas clásicas, con una clara inspiración en la delicadeza de las
estampas japonesas; predomina el uso de la línea curva y la asimetría, tanto en
el diseño de construcciones como en la decoración, supeditando las creaciones
artesanales recuperadas de tiempos pasados —rejería, vidrieras, azulejería,
etc.— a la arquitectura.
|
4 Pretil de un jardín con árbol y golondrinas, 1902 Vicenç Llorens |
Los elementos más representativos de la cerámica modernista en el
territorio español fueron los paneles que ornamentaban, con elementos
estilizados, los interiores y las fachadas de muchos edificios, tanto públicos como
privados. Estos representan un afán de transición estética en el que el
eclecticismo y el glamour pasaron a formar parte del gusto cotidiano del buen
burgués.
El movimiento modernista tiene ejemplos destacados en buena parte de la
geografía española, aunque en esta ocasión nos limitamos a referir la actividad
de producción industrial-artesanal de una fábrica de cerámica decorativa
aplicada a la arquitectura que tuvo una vital importancia para el desarrollo
del modernismo en Mallorca, cuyos inicios se sitúan hacia el año 1900, después
de que, en los años finales del siglo XIX, contribuyera a su difusión la
estancia en la isla, entre otros, de los pintores Santiago Rusiñol y Joaquim Mir.
LA FÁBRICA MALLORQUINA DE
LA ROQUETA
La fábrica de La Roqueta estuvo activa desde 1897 a 1918, llegando a
gozar durante este periodo de un enorme prestigio por sus productos aplicados a
la arquitectura siguiendo la pauta del Modernismo. Fue fundada en 1897 por Pere
Joan Aguiló Forteza, apodado familiarmente Cetre, entre los barrios palmesanos
de Son Espanyolet y Santa Catalina, con la pretensión de renovar la industria
de la cerámica artística y reproducir modelos históricos, para lo que colaboró
con diversos arquitectos activos en Palma que allí levantaron notables
edificios para una burguesía elitista. Cetre mantenía contactos con otros centros
cerámicos de Valencia, Alicante y Barcelona, trabajando bajo sus órdenes los
pintores Vicenç Llorens y Josep Hoyo en la elaboración de azulejos pintados y
esmaltados, cuya labor fue crucial para la introducción de modelos y patrones
modernistas.
|
5 Detalle del Pretil con jardín con árbol y golondrinas, 1902 Vicenç Llorens |
La Roqueta contaría entre sus productos abundantes muestras de diseño
modernista que se alternaban con piezas de signo historicista o réplicas
exactas de obras del pasado. Entre la amplia gama de sus productos se
encontraban los atractivos paneles de azulejería, los mosaicos, algunos
ejemplos de escultura decorativa y todo un repertorio de objetos de uso
cotidiano.
Los años más prolíficos de La Roqueta fueron los que siguieron a la inauguración
de la fábrica, aportando azulejos pintados para la decoración exterior e
interior de afamados edificios modernistas de Palma, como la Casa Barceló (Bartomeu
Ferrà, 1901-1904), el Gran Hotel (Lluís Domènech i Montaner, 1901-1903) y Can
Forteza Rey (Josep Forteza Rey, 1902, con baldosas fragmentadas —trencadís— en
la fachada por influencia de Gaudí). La Roqueta
también colaboró con el arquitecto catalán Antoni Gaudí en la reforma que este
hizo en la Catedral palmesana, encontrándose piezas de esta fábrica en el muro
del ábside central y en la fachada en forma de botones cerámicos, así como en
una torre de la Casa Batlló que Gaudí remodeló en Barcelona entre 1904 y 1906.
|
6 Mural con paisaje de la ribera de un río, 1902 Vicenç Llorens y Josep Hoyo |
La Roqueta suministró numerosos paneles cerámicos para casas
particulares, unos aplicados al revestimiento exterior de las construcciones,
otros formando zócalos en portales, viviendas y residencias de verano, o bien
como paneles decorativos en muros alicatados, incluyendo las fachadas de
algunos locales comerciales. Asimismo, siguiendo una tendencia muy común en la
época, allí se elaboraron piezas cerámicas que eran incorporadas al mobiliario
de madera, tanto para viviendas particulares como para comercios. En el caso de
los paneles para zócalos cerámicos, establecería un rico programa decorativo
de gran elegancia y vistoso colorido a partir de motivos vegetales, tallos y
flores esquemáticos, ajustados a un esquema geométrico completamente novedoso. Por
su parte, los murales figurativos muestran depuradas composiciones inspiradas en
el arte japonés, con delicados árboles en flor y pequeños pájaros, así como
bucólicos paisajes, en ocasiones nórdicos.
En La Roqueta también se fabricaron piezas de alfarería decorativa, como
sofisticados recipientes torneados, a los que se incorporaban relieves modelados
en forma de mascarones, figuras o animales, o composiciones florales pintadas,
con un intenso e inconfundible colorido en el que también se aplican reflejos
metálicos.
La actividad de La Roqueta de producción cerámica finalizó en 1918,
cuando el propietario cambió el negocio por la elaboración de vinos y jabones.
|
7 Mural con paisaje de un lago y embarcaciones, 1902 Vicenç Llorens y Josep Hoyo |
De la actividad de la fábrica La Roqueta, en el Museo de Mallorca de Palma
se conservan interesantes muestras de paneles cerámicos modernistas procedentes
de casas y locales comerciales desaparecidos. A continuación se reseñan algunos
de ellos.
Cerezos y
almendros en flor con vencejos, 1902 (Ilustraciones 1-2-3)
Este mural formaba parte del revestimiento cerámico de una de las
estancias de Can Cetre, la casa de veraneo que Pere Joan Aguiló, fundador de La
Roqueta, disponía en Portopí, donde los pintores Vicenç Llorens y Josep Hoyo
realizaron temas historicistas y, sobre todo, composiciones florales, como este
mural.
Con azulejos pintados por Josep Hoyo, representa un esquemático y
diáfano jardín de cerezos y almendros en flor en cuyas ramas se posan pequeños
vencejos. Inspirado en estampas japonesas, sigue un estilo y una iconografía
típicamente modernista, preocupada por la elegancia y una sugestiva delicadeza.
|
8 Mostrador del comercio La Gruta. 1902-1904 |
Pretil con
un árbol y un grupo de golondrinas, 1902 (Ilustraciones 4 y 5)
Este mural, pintado por Vicenç Llorens, también formaba parte de la
decoración de la casa de recreo —Can Cetre— de Portopí, donde todas las
estancias comunes se decoraban con murales cerámicos que con jardines
japoneses, paisajes nórdicos, series de elfos, etc., se combinaban con techos y
pavimentos fabricados expresamente para cada una de ellas.
Este mural, que representa un jardín en el que se remansan bandadas de
golondrinas, con libélulas y mariposas y un cielo al fondo azul grisáceo, arrancaba
del alféizar de la chimenea de uno de los salones. De la casa, que fue
derribada en 1975, se pudieron salvar algunos de los murales que fueron
recogidos en el Museo de Mallorca.
Paisajes con ribera de un río y lago con embarcaciones, 1902 (Ilustraciones 6 y 7)
|
9 Detalles del mostrador de La Gruta, 1902-1904 |
Esta pareja de murales, dispuestos simétricamente, decoraron la casa de
verano de Pere Joan Aguiló en Portopí. En su elaboración colaboraron Vicenç
Llorens y Josep Hoyo. Se componen de 106 azulejos pintados y esmaltados que
representan idílicas vistas de la naturaleza en las que el agua adquiere un
fuerte protagonismo. En uno se representa la ribera de un río en primavera, con
un árbol en primer plano al que le brotan las hojas. En otro la vista de un
lago junto al que se levanta una construcción con la cubierta de paja, a modo
de barraca, y al fondo barcos de vela. Ambos comparten la presencia de pequeñas
aves que sobrevuelan el paraje.
Con un colorido refinado en el que los azules quedan difuminados para
sugerir profundidad, la síntesis de elementos evoca las estampas japonesas.
|
10 Josep Hoyo, Fragmento de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
Mostrador
del comercio La Gruta, 1902-1904 (Ilustraciones 8 y9)
La Gruta fue un desaparecido comercio situado en el Carrer de Colom de
Palma que, como figura en el frente del propio mostrador, se dedicaba a la
venta de artículos de mercería, paquetería, géneros de punto, corsés, abanicos,
cuellos, puños y corbatas.
Con unas dimensiones de 395 cm de largo, 90 cm de alto y 50 cm de fondo,
está realizado en madera y estructurado en tres compartimentos, uno central, en
el que se inserta un mural cerámico con una inscripción que anuncia los
productos a la venta, y dos en los extremos, meramente decorativos, con grandes
medallones circulares en el centro en los que se representan lirios sobre los
que se posan aves con aspecto de un martín pescador, ocupando los ángulos
pequeñas flores y tallos. Todas las piezas cerámicas están compuestas en color
azul sobre un fondo marfileño y con un dibujo preciso, inspirándose las
composiciones florales en las estampas japonesas.
Afortunadamente, esta pieza fue recogida en la Museo de Mallorca tras la
desaparición de la tienda, pues por un lado ilustra sobre la novedosa aplicación
en el Modernismo de piezas cerámicas al mobiliario, en este caso comercial, y
por otro que las piezas cerámicas de La Roqueta también tuvieron una vertiente
popular.
|
11 Josep Hoyo, Detalle de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
Panel para
zócalo con motivos florales, hacia 1905 (Ilustraciones 10 y 11)
Este fragmento de un zócalo compuesto por azulejos pintados y esmaltados
por Josep Hoyo, con una altura de 85,50 cm, es una buena muestra de cómo La
Roqueta contribuyó al asentamiento de los patrones modernistas. Los motivos ornamentales
son sintéticos y arquetípicos, con flores rosáceas, tallos y hojas verdes y
motivos en amarillo de inspiración vegetal, siguiendo una composición simétrica
a lo largo de cuatro hiladas de azulejos. Se remata en la parte superior con
piezas cerámicas en forma de cañas verdes y una cenefa recorrida por líneas en
zigzag. Procede de una vivienda de Palma desaparecida.
Panel para
zócalo con motivos florales, hacia 1905 (Ilustraciones 12 y 13)
Se trata de otro fragmento de un zócalo, en este caso de 97,50 cm de
altura, ornamentado con motivos florales, una orla inferior con una serie de
rosetas y un remate superior con piezas en relieve que forman ondulaciones. Lo
más interesante es el abigarrado diseño de la parte central, creado por el
pintor Josep Hoyo, con un complicado entramado de tallos y hojas dispuestos en
vertical, siguiendo el horror vacui, que alternan dos tonalidades de verde y se
rematan con grupos de tres flores violáceas un tanto abstractas y brotes de
hojas. Destaca la depuración y la estilización del dibujo que parece inspirarse
en las lacerías sin fin de la azulejería mudéjar, aquí convertida en un canto a
la naturaleza.
|
12 Josep Hoyo, Fragmento de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
Panel para
zócalo con motivos florales, hacia 1905 (Ilustraciones 14 y 15)
El pintor Josep Hoyo también es el autor del diseño decorativo de este
zócalo, de 91,20 cm de altura, que se divide en tres espacios, uno superior en
forma de orla en la que se alternan ramilletes de violetas con formaciones
onduladas que cobijan hojas, otro central despejado y decorado con una red de
hojas palmatisectas sobre un fondo marfil-azulado, y en la parte inferior
formaciones curvilíneas, típicamente modernistas, entre las que se colocan de
forma alternativa grupos de tres y una hojas, igualmente con cinco foliolos, y
ramilletes de violetas al fondo. Como es habitual, la gama de colores es
selectiva y calculada, limitándose al amarillo, caso dorado, el verde con
elaboradas tonalidades y el violeta con tonos de azul en las flores. El diseño
alcanza altos valores estéticos basados en la aparente simplicidad.
Panel para fachada
comercial de La Capellería, hacia 1904 (Ilustraciones 18 y 19)
Para el céntrico local comercial de La Capellería, abierto en la calle del Sindicato y especializado en
sombrillas y abanicos, hacia 1904 se fabricaron en La Roqueta una serie de tres
paneles que decoraban su fachada. El desaparecer la tienda a finales de los años sesenta del siglo XX, estos fueron
recogidos en el Museo de Mallorca.
|
13 Josep Hoyo, Detalle de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
El panel central, simétrico, polícromo y de 139 cm de altura, está
formado por baldosas de 20 x 20 cm en la que se representa la figura de una
niña sonriente, situada bajo dos estilizados tallos floridos de crisantemos y margaritas que se entrecruzan
y se juntan en la parte superior dejando un espacio interior para la colocación
de la leyenda “Sombrillas. Abanicos”. Los otros dos paneles, que estaban
colocados en los laterales, presentan motivos de inspiración vegetal y rematados
por las cabezas de un hombre y una mujer, motivos monocromos pintados en
color azul. Se rematan en la parte superior con figuras fitomorfas en forma de mascarones de sátiros en relieve. Se atribuye a Josep Hoyo, activo en La Roqueta en aquellos momentos.
Jarrón de
las lagartijas, hacia 1900 (Ilustraciones 20 y 21)
Como representación de la producción en La Roqueta de piezas cerámicas
decorativas torneadas, independientes de la arquitectura, con aplicaciones en
relieve y esmaltadas, en forma de centros de mesa, jarrones, botellas,
cántaros, etc., producción que fue simultánea a la elaboración de paneles
decorativos de azulejos, de las que el Museo de Mallorca conserva una buena
muestra como ejemplo de cerámica modernista, seleccionamos el Jarrón de las
Lagartijas, un recipiente de forma globular con ancho cuello y decoración
zoomórfica, con dos asas en forma de lagartijas con las cabezas levantadas y las
colas sinuosas.
|
14 Josep Hoyo, Fragmento de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
Especial interés tiene el tipo de esmaltes, pues junto al fondo
estannífero de tonalidad amarillenta y el verde de los reptiles, lleva aplicado
un esmalte de reflejos metálicos con tonalidad de cobre, tanto sobre los
cuerpos de los animales —sugiriendo rugosidades en la piel— como en la
decoración del cuerpo a base de hojas de garballón y otros elementos fitomorfos,
motivos decorativos que fueron muy corrientes en el repertorio modernista
catalán.
La mallorquina fábrica de La Roqueta se inició con imitaciones de piezas
cerámicas de varios centros productores europeos, aplicando a las piezas
modernistas la técnica de los reflejos dorados que caracterizaron a la
prestigiosa cerámica de Manises (Valencia), derivada de la tradición
hispano-morisca. Entre sus recreaciones de la primera época se encuentran los célebres jarrones de la Alhambra de brillos dorados.
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
|
15 Josep Hoyo, Detalle de zócalo con motivos florales, h. 1905 |
|
16 Paneles cerámicos de La Roqueta, Museo de Mallorca |
|
17 Detalle de panel cerámico con motivo floral |
|
18 Paneles cerámicos de La Capellería, h. 1904 |
|
19 Detalle del panel cerámico de La Capellería, h. 1904 |
|
20 Jarrón de las lagartijas, h. 1900, Museo de Mallorca |
|
21 Muestra de recipientes ornamentales elaborados en La Roqueta Museo de Mallorca, Palma de Mallorca |
* * * * *