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Retablo de la Virgen. Anónimo flamenco, 1538 |
MUSEO DIOCESANO DE PALENCIA
Palacio Episcopal de Palencia
Calle Mayor Antigua 34, Palencia
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Anunciación, Retablo de la Virgen. Anónimo flamenco, 1538 |
Si la catedral de Palencia recibe el apodo de
"la bella desconocida", no menos desconocido, incluso por los propios
palentinos, es el Museo Diocesano, que ofrece a los visitantes un sorprendente
conjunto de primerísima calidad, con una colección insuperable de obras del
siglo XVI pertenecientes a los más afamados artistas que desarrollaron su
trabajo por tierras palentinas cuando en España hacía eclosión el Renacimiento.
El Museo Diocesano tiene su sede en el antiguo
Palacio Episcopal, un edificio de grandes dimensiones que tiene su origen en el
siglo XVI, aunque reedificado entre 1780 y 1800 en estilo neoclásico por
iniciativa del obispo palentino José Luis de Mollinedo. Totalmente levantado en
piedra, el palacio se organiza en torno a un gran patio porticado y consta de semisótanos,
entresuelo y dos plantas, todas ellas recorridas por espaciosos salones.
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Cubierta mudéjar, s. XV. Procedente de Cuenca de Campos, Valladolid |
Parte de estas dependencias fueron acondicionadas en
1973 para reconvertirlas en salas con función museística que recogen y
preservan para el futuro parte del ingente patrimonio artístico de la
provincia, aquel que procedente de pueblos despoblados presentaba alto riesgo
de expolio o destrucción. Las obras recogidas se vinieron a sumar a otras ya
depositadas anteriormente en el obispado que se habían rescatado de pueblos
abandonados o anegados por la construcción de embalses. Todo ello permitió la
inauguración de una segunda fase del museo el 15 de mayo de 1975, después de
que el obispo José Souto Vizoso estimulara la conservación del patrimonio sacro
amenazado por falta de medios y su labor fuese continuada por el obispo
Anastasio Granados García, que llegó a crear una delegación diocesana de arte.
Desde su fundación el museo ha tenido como director al sacerdote Ángel Sancho
Campo, también autor de la guía del museo, que ha conseguido que las obras
expuestas, a pesar de la ajustada economía, estén dignamente presentadas y
sorprendan al visitante.
Como es habitual en este tipo de museos, la
colección de obras y estilos es incalificable por una gran variedad que abarca
del siglo VII al XXI, oscilando desde importantes obras románicas hasta
vistosas composiciones barrocas, con una buena muestra de pilas bautismales,
artesonados, mobiliario, piezas de orfebrería, ornamentos litúrgicos y objetos
de gran valor etnográfico distribuidos a lo largo de 19 salas, aunque las obras
más destacadas son el conjunto de retablos, de todos los tamaños, y
especialmente la colección de pintura y escultura, con obras en su mayor parte
realizadas por grandes maestros.
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Santa Ana, la Virgen y el Niño. Alejo de Vahía, s. XV |
En la parte derecha de la planta baja del edificio
se muestran las primeras cuatro salas, todas ellas muy espaciosas, y tienen su
continuidad en otras instaladas en el semisótano de la parte izquierda del
palacio, sobre las que se levantan las dependencias episcopales, igualmente
interesantes. A modo de escueta orientación, indicamos a continuación algunas
de las obras más significativas.
Sala de los Artesonados
La primera sala recibe el nombre de la cubierta y
los alfarjes mudéjares del siglo XV procedentes del monasterio de San
Bernardino de Cuenca de Campos (Valladolid) y de las iglesias de Moral de la
Reina, Támara de Campos y Becerril de Campos, todos ellos con profusión
decorativa en la que no faltan escenas pintadas.
Bajo estas estructuras leñosas se muestran tres
importantes Calvarios de los siglos XIII y XIV, junto a una colección de
vírgenes sedentes románicas y góticas y una pila bautismal del siglo XII,
procedente de la iglesia de Valcobero, con las figuras ecuestres de los Reyes
Magos.
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Llanto sobre Cristo muerto. Felipe Bigarny, s. XVI |
Realmente impresionante es el Retablo de la Virgen, una obra flamenca realizada por un maestro
anónimo hacia 1538, con abigarrada decoración plateresca, que ofrece exquisitos
relieves que narran con todo lujo de detalles episodios marianos que tienen la
ventaja de poder ser apreciados a corta distancia, a diferencia de la
distanciación que ofrecería en una iglesia.
En esta sala también se encuentran dos obras
excepcionales: el grupo de Santa Ana, la
Virgen y el Niño del siglo XV, del inconfundible maestro Alejo de Vahía, y
el grupo escultórico del Llanto sobre
Cristo muerto de Felipe Bigarny, una joya representativa de la escuela
renacentista burgalesa del siglo XVI.
Sala de Berruguete
Es la sala más espaciosa del museo y en ella aparece
una importante colección de pintura sobre tabla realizada hacia 1495 por el
palentino Pedro Berruguete y sus seguidores. Este pintor realizó todas estas
pinturas después de su regreso de la corte de Urbino a Castilla en 1482. Unas
representan sugestivas escenas que ponen de manifiesto sus conocimientos
adquiridos en Italia, como el Nacimiento
de la Virgen, la Presentación de
María en el Templo, los Desposorios
de la Virgen o la impresionante Crucifixión,
junto a otras con un solo personaje sobre fondo dorado llenas de detalles
virtuosistas, como la figura del Rey
Esdrás, el Cristo Salvador del Mundo
o la intimista Virgen de la Leche.
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Detalle del Rey Esdrás. Pedro Berruguete, h. 1495 |
Junto a estas grandes obras maestras cuelga de los
muros una espléndida colección de sus seguidores, como la magnífica serie de
seis Profetas del Maestro de Támara
procedentes de la iglesia de Santa Cecilia de Herrera de Valdecañas, las cuatro
tablas del Maestro de Paredes, las tablas del retablo pintado por Alonso Nicoin
de León y diversas tallas policromadas de los siglos XIV al XVI.
Sala del Renacimiento
En esta sala aparece una notable colección de
pintura entre la que destaca la tabla de la Adoración
de los Reyes Magos, de autor anónimo flamenco del siglo XVI, el San Jerónimo penitente de Luis de
Morales, el magnífico Descendimiento
del Maestro de Becerril, la Virgen con el
Niño y San Juanito, tabla atribuida al gran maestro italiano Andrea del
Sarto, el sufriente Ecce Homo de Jan
Provost y el Cristo crucificado de
Mateo Cerezo.
Sala de los Maestros de la
Escuela Flamenca
En ella se presenta una colección de tablas góticas
del siglo XV procedentes de la iglesia de Santa Columba de Villamediana, con
escenas de Santa Eulalia y las
delicadas escenas de la Anunciación y
Santa Bárbara. Junto a ellas, otras
del Maestro Alejo y del Maestro de Palanquinos, aunque la pintura más
importante es el impresionante tríptico de San Martín del siglo XVI, atribuido
a Jan Van Hermessen, con una escena de la Anunciación
en sus puertas cerradas, otra de San
Martín como tabla central y San
Jerónimo penitente y la Misa de San
Gregorio en los laterales.
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Desposorios de la Virgen. Pedro Berruguete, h. 1495 |
Sala de los Maestros seguidores
de Berruguete
En esta sala
se muestra una variada colección de pinturas realizadas en el siglo XVI por
autores desconocidos, destacando la Asunción
de la Virgen, San Cosme y San Damián,
San Cristóbal y Santa Catalina. Junto a ellas el retablo de San Juan Bautista del siglo XVI, del Maestro de Támara,
el retablo de San Juan Bautista, con
esculturas de Juan de Villoldo, y el espectacular retablo del Descendimiento del escultor Manuel Álvarez, procedente
de la iglesia de San Miguel de Piña de Campos.
Sala de Pintura Gótica
Aquí sorprende el retablo de las Santas Mártires, con pinturas del Maestro de Calzada
realizadas a principios del XVI. A su lado la escena de la Circuncisión, de Juan de Villoldo, las tablas de la Anunciación, el Nacimiento y la Adoración de
los Reyes, de Jerónimo de Amberes, y un frontal de altar bordado en la
escuela palentina de bordadores del siglo XVI.
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Virgen de la Leche. Pedro Berruguete, h. 1498 |
Sala de Ornamentos Sagrados
Junto a
vitrinas que guardan indumentaria litúrgica, bordada en los siglos XVI y XVII,
aparecen los retablos de San Martín,
procedente de Rabanal de los Caballeros, y Santa
Eulalia, recogido en Paredes de Nava, ambos del siglo XVI y con muestras de
pintura y escultura.
Sala de Escultura Románica
A lo largo de los muros aparecen distintas
esculturas de crucificados y vírgenes sedentes de los siglos XIII y XIV
procedentes de diferentes poblaciones palentinas. A su lado las imágenes de San Juan Bautista y San Sebastián, de Alejo de Vahía, y el precioso relieve de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen
procedente de la iglesia de San Martín de Hijosa de Boedo.
Sala de la Escuela Castellana
Junto al retablo
de San Martín del siglo XVI aparece una nutrida colección escultórica que
incluye el grupo del Llanto sobre Cristo
muerto, del taller de Francisco de Colonia, el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño, anónimo
del siglo XVI, y un variado santoral de época barroca.
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Profeta Daniel. Maestro de Támara, principios del XVI |
Salas de Orfebrería
Por diferentes salas se distribuyen vitrinas con
obras de pequeño formato realizadas en alabastro, marfil, esmalte, diferentes
metales, pintura sobre cristal, pintura sobre papel, arquetas y vasos sagrados.
De la iglesia de Villerías de Campos proceden los relieves italianos esculpidos
en alabastro en el siglo XVI con distintos episodios de la vida de Cristo.
Magnífico es el portapaz tallado en el círculo de Diego de Siloé con el relieve
el alabastro de la Virgen con el Niño.
Entre las piezas de orfebrería destaca una selecta colección de cruces
procesionales góticas y la figura de la Virgen
con el Niño realizada en cobre dorado y esmaltes en los talleres de Limoges
en el siglo XIII. Una interminable cantidad de relicarios, arquetas,
incensarios, navetas, cetros, custodias, etc., se distribuyen por las vitrinas
junto a las que aparecen numerosas tallas y pinturas de diferentes épocas.
Capilla del Palacio Episcopal
Constituye un
espacio singular por mostrar en toda su pureza el concepto decorativo a
principios del siglo XX. Toda ella está recubierta de pinturas murales que le
dan un aspecto grandioso, incluyendo zócalos que simulan mármoles, con escenas
que sintetizan la Historia de la Salvación. Las coloristas pinturas fueron
realizadas en 1910 por M. Lantada. En las salas del Palacio Episcopal se
conservan singulares colecciones de pintura barroca del siglo XVIII, como la
que representa a las doce Sibilas,
trece pinturas de la escuela madrileña con escenas de la Vida de Cristo entre orlas de flores y los doce lienzos de un Apostolado procedente del Seminario
Menor diocesano.
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Detalle Santa Eulalia. Maestro de Villamediana, principios siglo XV |
HORARIO DE VISITAS:
De septiembre a junio: 10,30 y 11,30 h. (las visitas son guiadas)/
Tardes previa petición.
Meses de julio y agosto: de 10,30 a 13,30 h. y de 16,30 a 19,30 h.
Visitas concertadas: Tel 979 706 913 / Correo arte@diocesispalencia.org
PRECIO ENTRADA:
General 4 €.
Reducida (grupos mínimo 8 personas) 2 €.
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Detalle Santa Bárbara. Maestro de Villamediana, principios siglo XV |
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Tríptico de San Martín. Jan Van Hermessen, s. XVI |
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Descendimiento. Maestro de Becerril, s. XVI |
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Descendimiento. Manuel Álvarez, s. XVI |
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San Cosme y San Damián. Anónimo, s. XVI |
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Virgen con el Niño. Talleres de Limoges, s. XIII |
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Sala IV - Maestros de la Escuela Flamenca |
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Sala VII - Pintura Gótica |
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Sala X - Escuela Castellana |
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Capilla del Palacio Episcopal. M. Lantada, 1910 |
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