LA ÚLTIMA
CENA
Jacopo
Chimenti, conocido como Jacopo da Empoli o L'Empoli (Empoli, Florencia 1551-1640)
1611
Óleo sobre
lienzo (1,95 x 5,32 m.)
Refectorio
del convento de las Descalzas Reales, Valladolid
Pintura
renacentista italiana. Manierismo tardío-Protobarroco
La Última Cena. Jacopo Chimenti, 1611. Refectorio del convento de las Descalzas Reales, Valladolid |
Uno de los grandes atractivos artísticos de la
Florencia renacentista es la serie de representaciones pictóricas de La Última Cena que se hayan distribuidas
por los refectorios de distintos conventos de la ciudad. Todas ellas son
creaciones de gran formato realizadas por destacados maestros que permiten
establecer una singular Ruta de los
Cenáculos en la que es posible recorrer más de una decena de espacios que
muestran lo que se convirtió en un rito artístico en los comedores de los
conventos, relacionando el momento que precede al proceso de la Pasión con
diferentes contenidos de carácter alegórico.
Esta iconografía de origen medieval fue renovada
durante el Quattrocento y Cinquecento en Florencia en grandes
composiciones murales que aportaron nuevos escenarios y contenidos a la escena
evangélica, siendo las representaciones más relevantes las realizadas por
Taddeo Gaddi en Santa Croce (ca. 1340); Andrea Orcagna en Santo Spirito (ca. 1370);
Andrea del Castagno en Santa Apollonia (1450); Domenico Ghirlandaio en la abadía
de Passignano (Tavarnelle Val di Pesa, 1476), en el convento de Ognissanti
(1480) y en el convento de San Marcos (ca. 1482); Perugino en el convento de
San Onofrio de Foligno (ca. 1495); Franciabigio en el convento de la Calza
(1514) y Andrea del Sarto en la abadía de San Salvi (1519-1527). A estas obras
capitales podríamos sumar el mítico cenáculo de Leonardo da Vinci en el
convento de Santa María delle Grazie de Milán (1498), obra cumbre de esta
iconografía.
Cumpliendo la misma finalidad, y respondiendo a los
mismos planteamientos estéticos y simbólicos, es posible encontrar en
Valladolid un magnífico cenáculo que además se debe a los pinceles de un
prestigioso pintor florentino: Jacopo Chimenti, en ocasiones citado como Jacopo
da Empoli. A las circunstancias de su llegada a Valladolid nos referiremos más
adelante.
EL PINTOR JACOPO CHIMENTI O JACOPO DA EMPOLI
Autorretrato. Jacopo Chimenti 1595 Museo de los Uffizi, Florencia |
Con la intención de reivindicar la figura de este
pintor y sus aportaciones a la pintura del Renacimiento en su fase tardía, en
el año 2004 se celebró en la iglesia de Santo Stefano de la población
florentina de Empoli una exposición antológica que bajo el título de "Jacopo da Empoli 1551-1640. Pintor de la
elegancia y la devoción" presentaba en cinco capítulos una buena
colección de este prolífico artista, con obras procedentes de distintos museos
italianos y extranjeros y otras de colecciones particulares. En ella se hacía
un recorrido cronológico por su obra y la pintura de su época, al tiempo que se
esbozaba su biografía, poniendo de manifiesto su formación a la sombra de
grandes maestros del Cinquecento, sus
creaciones tardo-manieristas como pintor de la Contrarreforma, a caballo entre
dos siglos, y sus dotes para la pintura mitológica, el retrato y las
naturalezas muertas junto a la temática religiosa.
Jacopo Chimenti1, nieto del gran
Sansovino, nació en la parroquia de San Lorenzo de Florencia el 30 de abril de
1551, hijo de Michael Jerome Chimenti y Alexandra de Jacopo Tatti, hija de
Sansovino. Sin embargo, sería conocido como Jacopo da Empoli, lugar de
nacimiento de su padre. Comenzó su formación en el taller del pintor manierista
Maso da San Friano, emulando las experiencias manieristas de pintores
florentinos como Fra Bartolomeo, Andrea del Sarto, Pontormo, Vasari y Broncino.
A la muerte de su maestro en 1571, cuando tenía 20 años, se estableció por su
cuenta, primero en su taller florentino de la Via dei Servi y después en San
Marcos, siendo su primera obra conocida la Aparición
de la Virgen a San Lucas y San Ivo (Museo del Louvre), fechada en 1579,
donde ya demuestra el abandono de las influencias de su maestro Maso.
Detalle de La Última Cena. Cvto. Descalzas Reales, Valladolid |
En efecto, en la última década del siglo XVI, Jacopo
Chimenti, que nunca salió de Florencia, se fue convirtiendo en uno de los
principales protagonistas de la reforma pictórica antimanierista en Italia,
asumiendo las novedades coloristas venecianas que por entonces se pusieron de
moda en la ciudad del Arno, especialmente las experiencias del pintor Cigoli, así
como una tendencia al naturalismo, de modo que en el primer decenio del siglo
XVII (Seicento) ya demuestra un
acercamiento a lo que se podría denominar caravaggismo o tenebrismo toscano, conocido
a través de los pintores florentinos que trabajaron en Roma o por obras romanas
llegadas a Florencia, todo ello traducido en escenas de gran riqueza en las que
recupera la tradición florentina del diseño y la composición calmada y digna,
así como una iluminación realista ajena a los fantásticos modos manieristas,
contribuyendo a la aparición del movimiento protobarroco.
El periodo de madurez, con su propio estilo
consolidado, lo desarrolla escalonadamente durante las dos primeras décadas del
siglo XVII, cuando sus obras, basadas en apuntes del natural, comienzan a
reproducir actitudes cotidianas de tipo realista, coincidiendo con el gusto por
el teatro que patrocinaban los Medici, que en esos años comenzó a afectar a
muchos artistas. Su pintura se torna más dramática y se imbuye de cierto
misticismo, consecuente con su formación como pintor de la Contrarreforma. En
ese periodo se inscribe la Última Cena
de Valladolid, pintada en 1611.
Detalle de La Última Cena. Cvto. Descalzas Reales, Valladolid |
Los ecos de sus experiencias de juventud, junto a un
afán clasicista, le llevan a partir de 1620, cuando ya ha superado los setenta
años, a deleitarse pintando naturalezas muertas realistas en las que demuestra
el dominio del dibujo y de la luz, complaciéndose con virtuosismo en cada una
de las piezas representadas: objetos, frutas, verduras y animales. Sin embargo,
a pesar de haber sido maestro de pintores como Felice Ficherelli, Giovanni
Battista Brazzè (Il Bigio), Giovanni Battista di Vanni y Virgilio Zaballi, Jacopo
Chimenti vivió en la pobreza en sus últimos años, teniendo que vender para
subsistir muchos de sus dibujos. Murió en Florencia el 30 de septiembre de 1640
y fue enterrado en la iglesia de San Lorenzo.
De su prolífica producción se conservan, diseminadas
por iglesias y pinacotecas italianas, museos de todo el mundo y colecciones
privadas, más de sesenta obras documentadas que abordan temas religiosos,
mitológicos, acontecimientos históricos, retratos y naturalezas muertas,
pinturas realizadas en su gran mayoría al óleo, sin que falten experiencias al
fresco.
LA ÚLTIMA CENA DE LAS DESCALZAS REALES
Todas las experiencias mencionadas —tradición florentina,
incipiente tenebrismo toscano, serenidad, misticismo y gusto por lo teatral y
la naturaleza muerta— se dan cita en La
Última Cena del refectorio del convento de las Descalzas Reales de
Valladolid, firmada y fechada por Jacopo da Empoli en 1611.
Detalle de La Última Cena. Cvto. Descalzas Reales, Valladolid |
El enorme lienzo, de 5,32 metros de largo y casi 2
de altura, presenta una composición articulada en torno a una larga mesa,
dispuesta transversalmente al espectador y ajustada a la distribución longitudinal de la
pintura. Esta ocupa el espacio central de una severa sala cuya ornamentación se
limita a grandes cortinajes rojos recogidos en los extremos, posiblemente con
la intención de no distraer de lo que acontece en el centro de la escena, lo
que además acentúa los valores teatrales y enmarca el espacio, en cuya parte
central aparece la figura de Cristo, mientras los apóstoles se disponen alrededor
formando tríos a ambos lados de la mesa.
Originariamente, siguiendo la tradición de los
cenáculos florentinos, el pintor plasmó en la escena el anuncio de la
traición en el momento de bendecir el pan, hecho que da lugar a la reacción y
comentarios de los apóstoles, cuya dramática emoción se articula alrededor de
la diagonal que establecen las figuras de Cristo y de Judas, sentado de
espaldas en primer plano e identificado por la bolsa de monedas que cuelga de
su cinturón, por carecer del nimbo que corona al resto de los apóstoles y por
señalar con el dedo el pan colocado en la mesa ante Jesús.
Detalle de La Última Cena. Cvto. Descalzas Reales, Valladolid |
Sin embargo, cuando la pintura llegó a Valladolid,
la exaltación de los postulados de la Contrarreforma, entre ellos los
sacramentos rechazados por las teorías protestantes, motivó que interviniera un
pintor para cambiar a la escena de significación2, de modo que,
mediante la sustitución del pan colocado sobre una bandeja por un cáliz
coronado por una hostia, acompañado de la inscripción abreviada «Alabado sea el
Santísimo Sacramento» sobre el mantel, el motivo principal pasó a referirse a
la institución de la Eucaristía. Esta modificación posiblemente fue realizada
por Santiago Morán, pintor encargado de paliar los desperfectos durante el
transporte del lote de pinturas llegadas desde Toscana en 1611.
Jacopo Chimenti, con la habilidad de un gran
maestro, trabaja individualmente a cada uno de los apóstoles y les ubica en el
espacio haciéndoles reaccionar de forma diferente hasta crear una pretendida
tensión ambiental. Con un variado colorido en sus indumentarias, definidas por fuertes
contrastes lumínicos, consigue crear un ambiente intimista cuya composición
conduce inevitablemente la mirada del espectador a la figura de Cristo situada en
el centro del cuadro. Al tratamiento naturalista de los tipos humanos, de
diferentes edades y aspecto variopinto, se suma el exquisito tratamiento de los
objetos sobre la mesa y el mantel, preludiando la serie de excelentes bodegones
que el pintor acometería años más tarde con virtuosos trabajos de naturalezas
muertas.
Aparición de la Virgen a San Lucas y San Ivo Jacopo Chimenti, 1579. Museo del Louvre |
EL LEGADO DE LA TOSCANA
La Última Cena
formó parte del impresionante lote de más de treinta pinturas que los duques de
Toscana enviaron como obsequio a los monarcas Felipe III y Margarita de Austria-Estiria siguiendo la política de agasajo para conseguir el favor en las alianzas
estratégicas y mantener estrechas relaciones diplomáticas con España.
Esta
práctica, llevada a cabo durante la primera década del siglo XVII, primero fue
ejercida por el gran duque Fernando I, que aconsejado por el diplomático
florentino Orazio della Rena, informante de los gustos de los monarcas hispanos,
obsequió al rey español con diferentes objetos suntuarios de caza cuando la
Corte estaba establecida en Valladolid. Años después, siguiendo las mismas
recomendaciones, el gran duque Cosme II y la archiduquesa Cristina de Lorena,
su madre, encargaron a más de veinte pintores toscanos el lote de temática
religiosa que sería entregado como regalo a la devota reina Margarita, que no
dudó en destinarlo al monasterio de las Descalzas Reales por ella levantado en
Valladolid, después de que personalmente sugiriera la temática religiosa de
cada una de las pinturas enviadas.
La colección que conserva el convento vallisoletano,
hoy conocida como "El legado de la Toscana", llegó en el verano de
1611, año en que la reina fundó el monasterio de la Encarnación de Madrid, y ha sido restaurada en 2007, poniendo en valor un impresionante e
insólito conjunto de obras de artistas toscanos tardomanieristas en España. Por
su especial tamaño, significado, autoría y ubicación, una de las más destacadas
es La Última Cena del gran maestro
Jacopo da Empoli, una pintura que permite contemplar en Valladolid el espíritu
de un genuino cenáculo florentino.
Informe: J. M. Travieso.
NOTAS
1 BIANCHINI CHIAPPINI, M. Adelaide. Jacopo da Empoli, llamado Jacopo Chimenti. Diccionario biográfico
italiano, vol. 31, 1985, Web Treccani.it, L'Enciclopedia Italiana.
2 GARCÍA HERNÁNDEZ, Azucena y otros. Descalzas Reales: El legado de la Toscana. Fundación del Patrimonio
Histórico de Castilla y León, Valladolid, 2007, p. 24.
Enlace de María de Medicis y Enrique IV de Francia Jacopo Chimenti, 1600. Museo de los Uffizi, Florencia |
La honestidad de San Eloy Jacopo Chimenti, 1614 Corredor de Vasari, Museo de los Uffizi, Florencia |
Naturaleza muerta o Bodegón. Jacopo Chimenti, 1625 Museo Pushkin, Moscú |