SAGRADA
FAMILIA CON SAN JUANITO
Gabriel Joly (Varipont, Picardía, Francia, h. 1470-Teruel, 1538)
Hacia 1535
Madera de pino al
natural
Museo
Nacional de Escultura, Valladolid
Posiblemente procedente de la catedral de Teruel
Escultura
renacentista española. Escuela aragonesa
|
Adoración de los Reyes Magos. Diego de Siloé Museum of Fine Arts, Boston |
Esta obra maestra del Renacimiento español ingresó en los
fondos del Museo Nacional de Escultura el año 1941, cuando fue depositada por
el Servicio de Recuperación Artística sin aportar datos concretos sobre su
lugar de procedencia, una incógnita que ha planteado la especulación por parte de los
historiadores, en base a sus características estilísticas, para determinar su
datación, procedencia y autoría, un problema en parte resuelto en tiempos muy recientes.
Tradicionalmente se ha venido considerando como
obra de Diego de Siloé (1487-1563), uno de los escultores que encabezó la
escuela burgalesa durante el reinado del emperador Carlos, especialmente desde
que así lo considerase Gómez Moreno, que relacionó las similitudes estilísticas
de esta obra con otros trabajos realizados por el genial burgalés tras su
regreso de Italia en 1519. Efectivamente, este fue uno de los escultores que
con mayor claridad refleja la influencia de los grandes maestros italianos, sobre
todo de los esquemas de algunas obras de Miguel Ángel y Rafael, tanto en la
tipología humana de las figuras como en el modo de plantear las composiciones,
en su caso siempre cargadas de cierta melancolía y una emotividad de carácter
intimista.
Si para justificar la autoría, Gómez Moreno tomaba
como obra de referencia el tondo de la Virgen con el Niño
1 que
preside el arcosolio del enterramiento del canónigo Diego de Santander en el
claustro de la catedral de Burgos (h. 1525), de claras concomitancias rafaelescas,
hay otras obras suyas cuyos tipos humanos también presentan una gran similitud,
entre ellos la figura de Salomé del relieve del
Martirio de San Juan Bautista
de la sillería de San Benito el Real de Valladolid (1525-1528, Museo Nacional
de Escultura), el tablero de la
Virgen con el Niño de la silla abacial del coro
del monasterio de San Jerónimo de Granada (1544, Museo de Bellas Artes de
Granada) y especialmente el grupo escultórico en alabastro de la
Adoración de
los Reyes Magos que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Boston, donde las
figuras de la Virgen y San José se disponen de idéntica manera y siguiendo un
estilo muy similar.
|
Retablo mayor de la catedral de Teruel. Gabriel Joly, 1532-1536 |
Sin embargo, Federico Wattenberg ya apuntaba en
1963 la relación de este altorrelieve con la obra desplegada en el ámbito
aragonés por Gabriel Joly, caracterizada por un fuerte italianismo y una
ejecución técnica impecable, abundando en esta misma opinión Luis Luna Moreno
en 1982, aunque sin un aval documental que permitiese confirmar esta
posibilidad. En el año 2001, la duda fue despejada en parte por Javier Ibáñez2,
historiador de la Universidad de Zaragoza, al aportar pruebas documentales
sobre los inventarios realizados en 1598 en la catedral de Teruel, donde
figuraba la existencia de un grupo escultórico, de similares características,
destinado a ser colocado en el espacio del expositor eucarístico del retablo
mayor de la seo turolense, una obra de Gabriel Joly que, al igual que este grupo,
conserva su acabado en madera natural, sin el habitual dorado y labores de policromía.
En la documentación aparece anotado que el grupo había sido retirado del
expositor del retablo y colocado en la sacristía de la catedral. Dado que en
dicho lugar ya no se conserva, se podría considerar casi con certeza que, después de
sufrir desconocidos avatares, aquella obra citada es la que vino a parar al
museo vallisoletano, pues comparte muchas características con los trabajos que Gabriel Joly hizo en aquel majestuoso retablo que fue asentado en 1536.
Es conveniente recordar la generalización en la corona de Aragón, en época renacentista, de la tipología del "retablo expositor", con la
estructura del retablo en forma de la tradicional pantalla, pero incorporando
en la calle central un óculo o perforación para la solemne exposición
eucarística, con lo que los retablos adquirían la categoría de una custodia
monumental. Fue el genio de Damián Forment el que contribuyó de forma decisiva
a la consolidación de esta tipología (retablo mayor del Pilar de Zaragoza,
retablo mayor de la catedral de Huesca, etc.) aparecida en el último gótico, que
después siguieron otros escultores del entorno de Zaragoza.
EL ESCULTOR GABRIEL JOLY
De este escultor, nacido alrededor de 1470 en
Varipont, en la diócesis de Noyon, en la Picardía francesa, se conocen pocos
datos acerca de su formación, aunque por su repertorio formal se le presupone
una estancia en Florencia, dato que no ha podido ser confirmado. Es mencionado
por primera vez en Zaragoza en 1515, cuando se le concede el título de maestro
de armas y lucha. En esta ciudad colaboró en 1520 con Gil de Morlanes el Joven
en el retablo de Santiago (después de San Agustín) de la Seo de Zaragoza y en
el retablo mayor de Tauste, en el que también intervino Juan de Salas,
discípulo de Damián Forment. Tras ciertas desavenencias con Morlanes, pasó a
colaborar con el florentino Juan de Moreto, asimismo establecido junto al Ebro.
Gabriel Joly residiría en Zaragoza durante diez
años, donde ejecutó varios retablos y un conjunto de obras para distintas
poblaciones —actualmente en fase de catalogación—, trasladándose en 1532 a
Teruel para atender el importante encargo del retablo mayor de la catedral de
Santa María de Mediavilla, trabajo que le ató a esta ciudad hasta su muerte, ocurrida en
1538, siendo enterrado junto a la puerta del coro de aquella seo, muy cerca del
impresionante retablo por él compuesto y tallado, en el que dejó lo mejor de su
talento y personal estilo.
EL RELIEVE DE LA SAGRADA FAMILIA Y EL RETABLO DE LA CATEDRAL DE TERUEL
El descomunal retablo fue iniciado por Gabriel Joly
en 1532 y en él desplegó el escultor una iconografía dedicada a Cristo y la
Virgen en los relieves de las dos calles laterales, reservando la central para
la exaltación de Santa María, con una gran hornacina cobijando la Asunción por encima del tabernáculo, sobre ella el tradicional
óculo-expositor, con forma de corona sustentada por cuatro ángeles, que estaría ocupado en
origen por el grupo de la Sagrada Familia
conservado en Valladolid, concebido para ser retirado en las ceremonias solemnas de exposición eucarística, y finalmente en la parte alta, bajo el preceptivo Calvario, la escena de la Coronación de la Virgen, manteniendo en
toda la obra la corrección y la elegancia clasicista que caracteriza su
producción. A excepción del relieve que nos ocupa, el retablo permanece in situ desde que fuera instalado en
1536, con la peculiaridad de haber quedado el conjunto en blanco, esto es,
conservando el color natural de la madera al no haberse aplicado la policromía,
lo que le confiere el aspecto de un telón opaco, privado de la luminosidad que
aporta el oro y los pequeños detalles conseguidos con el color.
El grupo de la Sagrada
Familia con San Juanito, cuyas calidades se pueden apreciar a corta
distancia en el Museo Nacional de Escultura, aglutina el afán de idealización
derivado de los modelos italianos, especialmente de las amables escenas pictóricas
creadas por Rafael, con un sentido compositivo de gran dinamismo y belleza,
combinando un magistral juego de curvas y contracurvas para componer una escena
intimista que aparece cargada de sentimentalismo y con ciertos matices lúdicos,
demostrando, con un lenguaje de fácil comprensión, el alto nivel alcanzado por la
escultura renacentista española en el siglo XVI, en este caso en el ámbito
aragonés, a partir de las innovaciones llegadas de Italia.
Tallado en pino rojo, el grupo adopta una forma
redondeada concebida para ser insertada, a modo de tondo, ocupando el interior
del óculo-expositor, con una agrupación muy compacta de las figuras y unos
volúmenes que sintetizan el ideal de belleza implantado por las Madonnas de Rafael, la monumentalidad de
Miguel Ángel y el tratamiento del claroscuro de Leonardo, consiguiendo el mismo grado de refinamiento formal que el conseguido en Castilla por Diego de Siloé.
La mayor parte del altorrelieve está ocupada por la
figura sedente de la Virgen, que aparece con las rodillas ladeadas hacia su
derecha y la cabeza reclinada sobre el hombro izquierdo para contemplar al
Niño, describiendo en el espacio una dinámica línea serpentinata.
Su serenidad y equilibrio contrasta con la figura del
Divino Infante, colocado formando una diagonal en su regazo mientras se
revuelve juguetón, amparándose en el brazo de su Madre con un gran naturalismo
y girando la cabeza para contemplar, esbozando una sonrisa, el gesto de su primo Juan,
que situado en el lado contrario retuerce su cuerpo y trepa para ofrecer a la
Virgen un cesto con frutos.
En un segundo plano, siguiendo las reglas de la
perspectiva visual y equilibrando los volúmenes, se coloca la figura de San
José apoyado en su cayado, que aparece contemplando ensimismado el jugueteo de las figuras infantiles por encima del
hombro derecho de María, siguiendo algunos modelos rafaelescos.
La talla se acompaña de pequeños detalles
narrativos, como el contraste entre la tersura juvenil del rostro y las manos
de la Virgen y la recia anatomía de San José, que presenta arrugas en la
frente, nariz muy afilada y manos huesudas para remarcar su carácter venerable.
Gabriel Joly compone una figura virginal de fuerte clasicismo a través de un
rostro oval delicadamente delineado, con cabellos que caen simétricamente
formando rizos y elegantes plegados en la toca y el manto. No pasa
desapercibido el recurrente lenguaje de las manos, ajustadas a la actividad de
cada personaje, y el recurso expresivo del cruce de miradas, originando un
conjunto plástico de máxima belleza formal.
La obra, que puede considerarse como uno de los
mejores ejemplos del manierismo español, coloca a Gabriel Joly, su autor, a la
altura de los mejores escultores en la España del Renacimiento.
Informe: J. M. Travieso.
NOTAS
1 GÓMEZ MORENO, Manuel. Las
águilas del renacimiento español: Bartolomé Ordóñez, Diego Siloe, Pedro
Machuca, Alonso Berruguete. Madrid, 1941, pp. 61-62.
2 ARIAS MARTÍNEZ, Manuel. Sagrada
Familia con San Juanito. Museo Nacional Colegio de San Gregorio: colección
/ collection. Madrid, 2009, pp. 120-121.
* * * * *