La villa de Medina de Pomar, en la provincia de
Burgos, está históricamente vinculada a la familia de los Velasco, Condestables
de Castilla, cuyo recuerdo se patentiza en el alcázar-palacio que presidía el
antiguo recinto amurallado y que todavía, con sus gigantescas torres
cuadrangulares, marca la fisionomía de la ciudad.
El Alcázar de los Condestables de Castilla fue comenzado a construir
hacia 1370, en tiempos de Enrique II, por Pedro Fernández de Velasco, Camarero
Mayor del rey, y fue terminado por Juan Fernández de Velasco, cuya familia
ostentaba el título de Condestable de Castilla desde 1473. Declarado Bien de
Interés Cultural en 1931, actualmente en las cuatro plantas de su interior tiene
instalado el Museo Histórico de las
Merindades, ofreciendo documentos, enseres, restos arqueológicos y
exposiciones que ayudan a conocer la bella comarca burgalesa.
Fuera del casco urbano de Medina de Pomar, en
contacto con la naturaleza, se yergue un centenario monasterio, de grandes
dimensiones, que sigue siendo habitado por una comunidad de monjas clarisas
que en otros tiempos mantuvieron una estricta clausura. Al igual que el
imponente castillo, el Monasterio de
Santa Clara también está estrechamente relacionado con la familia de los
Velasco, pues fueron sus fundadores Sancho Sánchez de Velasco, adelantado mayor
del rey Alfonso XI, y su esposa Sancha García, Camarera de Honor de Leonor de
Aragón, los cuales, contando con el apoyo del monarca, otorgaron en Baeza
(Jaén) la carta de fundación en 1313. Sería doña Sancha quien, tras la muerte
de su esposo, se encargaría de llevar a cabo buena parte del proyecto, contando
con las indulgencias concedidas por el papa Juan XXII desde Aviñón para quienes
colaborasen en la construcción.
Se accede al recinto por un amplio compás al que se
abre la puerta principal. Esta presenta una forma ojival, enmarcada por
arquivoltas abocinadas y decoradas con cardinas que se apean en ménsulas con
formas de animales, ofreciendo en el tímpano el escudo pintado de los
fundadores y otros motivos heráldicos en las hojas de la puerta.
Mausoleo de Íñigo Fernández de Velasco y María de Tovar |
LA IGLESIA
Todo el complejo se levantó en estilo gótico en el
siglo XIV, con el epicentro en una diáfana iglesia de una sola nave, siguiendo
el arquetipo de las órdenes de predicadores, con pequeñas capillas laterales.
En su interior se aprecian modificaciones realizadas según los gustos estéticos
de tiempos posteriores, siempre bajo el patrocinio de los Velasco, durante las
que también fueron incorporadas diferentes obras artísticas que fueron
sustituyendo a las primitivas.
A los pies del templo, a la altura del coro alto, se
localiza el Mausoleo de los Condestables,
con un frontis de estilo renacentista en el que destacan las magníficas
esculturas orantes de Íñigo Fernández de Velasco (1462-1528), tercer
Condestable de Castilla, y de su esposa María de Tovar (1462-1526), ambas atribuidas
a Felipe Bigarny. Flanquean el mausoleo las rejas del coro, sobre las que
campean grandes escudos de los Velasco.
La Capilla de la Concepción
Ya en el siglo XV el complejo había conocido
algunas transformaciones, como la fundación del Hospital de la Vera Cruz en
1455 por Pedro Fernández de Velasco, descendiente de los fundadores, situado
junto al monasterio, aunque la construcción más destacada fue la Capilla de la Concepción, levantada
junto al crucero a comienzos del siglo XVI por iniciativa de Bernardino
Fernández de Velasco (1454-1512) y su esposa Juana de Aragón, siendo rematada
por su hermano Íñigo Fernández de Velasco (1462-1528) en 1532.
Capilla de la Concepción |
Esta capilla, de planta octogonal, emula la Capilla de los Condestables de la
catedral de Burgos, donde permanecen los únicos miembros de la familia que no
fueron enterrados en este monasterio. Como en aquella, participó en su
construcción el taller de los Colonia y Gil de Hontañón, que repitieron una
espectacular bóveda de crucería de filigrana que configura una estrella, con
adornos dorados y policromados en las claves. Se cierra con una reja elaborada
en 1545 por el prestigioso Cristóbal de Andino y está presidida por un retablo renacentista
con notables esculturas de Felipe Bigarny y Diego de Siloé y policromía de León
Picardo.
El Retablo Mayor y los retablos
de las capillas
Preside el presbiterio, que está coronado por una
sencilla cúpula barroca, un retablo mayor del siglo XVIII, de estilo rococó y
autor desconocido, en cuya hornacina central se aloja la imagen titular de Santa Clara, acompañándose de Santa Coleta y Santa Inés (hermana de Santa Clara) a los lados, la figura de San José en el ático y San Miguel en el remate.
Retablo de la capilla de la Concepción y detalle |
No obstante, lo
más original del retablo, que fue dorado en 1774 por el maestro batidor Luis de
Gosti, es el tabernáculo neoclásico compuesto por un relicario compuesto por
206 celdillas, sobre el que se yergue una cúpula con el "manifestador de
la Paloma", un mecanismo manual que permite elevar la cupulilla con la
figura del Espíritu Santo mientras se rodea de formas radiantes articuladas.
Este mecanismo se utiliza tres veces al año: el Jueves Santo, el día del Corpus
Christi y en la festividad de Santa Clara (11 de agosto).
A los lados del retablo mayor se encuentran otros
dos retablos de menor tamaño e igual estilo en cuyas hornacinas se alojan las
esculturas de San Juan Evangelista y San Francisco, igualmente obras anónimas
de 1770.
Sala de la Cratícula |
En las pequeñas capillas, junto a enterramientos de
la familia de los Velasco, se levantan pequeños retablos barrocos del siglo
XVIII que presentan excelentes pinturas dedicadas a diferentes santos, entre los
que figuran Santiago peregrino y San Antonio de Padua.
En otro de los altares barrocos, en este caso
situado en los pies del templo, aparece la talla del Cristo de las Cinco Llagas, un crucificado colocado ante un panel
pintado con las figuras de la Virgen, San Juan y la Magdalena y la ciudad de
Jerusalén al fondo. Frente a él se abre un original comulgatorio antaño
utilizado por la monjas de clausura.
El Coro alto
Sobre la puerta de acceso a la iglesia, en un nivel
superior y comunicado a la iglesia por rejas, se encuentra el espacioso coro
alto, con una nave única cubierta con bóvedas de crucería compuesta y adornos
de madera policromada en las claves, todo ello incorporado en el siglo XVI.
Dispone de una sillería de nogal de 106 sitiales y un retablo barroco de
discretas dimensiones en el frente. En este espacio se encuentra el armario que
contiene el antiguo archivo monástico y un crucifijo barroco la escuela
castellana.
Adoración de los Reyes, maestro flamenco siglo XV (Memling?) Sagrada Familia con Santa Ana, Hendrick de Clerck, 1604 |
EL NUEVO ESPACIO MUSEÍSTICO
Junto a la entrada a la iglesia, se abre la puerta
que da acceso a un recinto conventual convertido en un espacio museístico renovado
con motivo del 700 Aniversario de la Fundación del Monasterio de Santa Clara en
2013, lo que ha supuesto una modernización de los criterios expositivos para
aproximarse al contexto histórico en que se fundó el monasterio y al papel
desempeñado por la familia de los Velasco. El proyecto, que ha incorporado
nuevas tecnologías, ha sido realizado por el arquitecto Jesús Castillo Oli y ha
contado con el apoyo de la Junta de Castilla y León y la Fundación Santa María
la Real de Aguilar de Campoo (que ha diseñado un sistema —MHS— de conservación
preventiva).
En líneas generales, el itinerario está dividido en
dos bloques: "La vida monástica" y "Los Velasco y el Monasterio
de Santa Clara", que ocupan cinco de las antiguas dependencias del
complejo.
Sala Capitular |
SALA DE LA CRATÍCULA
Esta sala, secularmente perteneciente a la
rigurosa clausura, constituye el inicio del recorrido y en él se exponen en
armarios, vitrinas y alacenas distintas piezas pertenecientes a los ajuares
monásticos de uso cotidiano, incluyendo algunos relativos a la botica del
monasterio. Muy interesante es la techumbre mudéjar descubierta en los años
sesenta del siglo XX bajo el yeso, con paneles de madera ornamentados con brillantes
motivos florales.
En este espacio lo más destacable es la
"cratícula", un comulgatorio de estilo rococó que a través de una
pequeña reja comunicaba la clausura con la iglesia, con puertas por ambas
partes. En la parte privada aparece bellamente decorado con un frente pintado
con motivos florales que se extienden a las puertas batientes, incluyendo un
juego de candelabros que animan la austeridad de la reja de contacto con el
exterior.
Artesonado de la Sala Capitular |
Desde esta sala se accede al Claustro, sencilla construcción del siglo XV que presenta planta
cuadrada y dos alturas, con tramos de crucería y una galería superior recorrida
por arcos escarzanos decorados con bolas, características del reinado de los
Reyes Católicos. De gran belleza es un campanario pétreo adosado al muro, que
antaño avisaba a la comunidad de las diferentes horas canónicas.
SALA MONÁSTICA
También es conocida como Sala de los baúles, pues en ella se muestran los baúles y maletas
con que llegaban al convento las futuras clarisas, representando la despedida y
la renuncia del mundo exterior. Como hecho curioso, en el monasterio de han
conservado cientos de estos enseres, algunos de la época de la fundación del
monasterio, mostrándose, a modo de ejemplo, arcones del los siglos XIV y XV,
baúles del XVII y XVIII y maletas del XIX y XX, un conjunto etnográfico que
merecería un museo monográfico.
SALA DE LOS CONDESTABLES
Detalle del artesonado de la Sala Capitular |
A partir de esta sala se inicia la relación del
monasterio con la familia de los Velasco, con testimonios evidentes de las
ricas donaciones que las sucesivas generaciones hicieron al monasterio. En uno
de los espacios de este ámbito se encuentra una excelente colección de pintura
de diferentes formatos entre la que sobresale la tabla de la Adoración de los Reyes Magos, extraordinaria
pintura flamenca de finales del siglo XV que algunos autores relacionan con Hans
Memling. Otras meritorias pinturas son la Sagrada
Familia con Santa Ana, realizada por el pintor flamenco Hendrick de Clerck
en 1604, y la Lactancia mística de San
Bernardo, de autor desconocido.
Junto a ellas aparece una buena cantidad de retratos,
pinturas religiosas de pequeño formato y cuadros-relicarios, destacando por su
rareza, tres escaparates de cera del siglo XVII con el tema de los Novísimos (El Alma Glorificada, el Alma
en el Purgatorio y el Alma condenada al Infierno), obras de ceroplástica
atribuibles al siciliano Giovanni Bernardino Azzolino.
Una importante obra textil es el Paño funerario de los Velasco,
tradicionalmente utilizado en el monasterio en las exequias de los
condestables, que fue bordado hacia 1528 con un medallón central en el que
aparecen motivos de navegación y cuatro emblemas angulares con los escudos de
la familia. El apartado textil se completa con muestras de indumentaria
litúrgica y trajecitos del Niño Jesús bordados por las monjas.
Virgen con el Niño, siglo XIV. Sala Capitular |
SALA CAPITULAR
Es la sala más espectacular del recinto por su
arquitectura y amplitud, accediéndose a ella a través de dos puertas mudéjares
con decoración de lazo en perfecto estado de conservación. Realmente
impresionante es el Artesonado mudéjar,
obra única del siglo XVI con decoración renacentista que cubre la sala, con
casetones enlazados por formas lobuladas y ornamentados con roleos marfileños
sobre fondos rojos y azules, a los que se añaden motivos heráldicos en el
arrocabe.
Bajo tan extraordinaria riqueza cromática, se
muestra una notable colección de escultura entre la que hay que destacar una Virgen con el Niño del siglo XIII, de
transición del románico al gótico; la Virgen
con el Niño de gran tamaño, talla plenamente gótica del siglo XIV y una
pequeña Virgen con el Niño barroca
del siglo XVII y autor anónimo.
Niño Jesús montañesino, siglo XVII. Sala Capitular |
Las imágenes conventuales del Niño Jesús están
representadas por excelentes muestras de diferentes épocas, destacando entre
ellas un magnífico Niño Jesús eucarístico
del siglo XVII y aire montañesino, muy próximo al Niño del Sagrario de Sevilla. También se expone una nutrida
colección de bustos que formaron parte del antiguo Relicario del convento, entre la que aparecen santos y santas
talladas a finales del siglo XVI.
Otro importante apartado lo constituyen una serie de
documentos históricos relevantes, entre ellos la Carta fundacional y diferentes Bulas Pontificias y Privilegios
Reales, así como importantes obras de orfebrería protegidas en una gran
vitrina, donde también destaca el portapaz de la Virgen de la Perla, con un relieve de mármol elaborado en Florencia
en el siglo XV, el llamado Cristo de
Lepanto, tallado en marfil en 1571, y el Relicario de los Siete Círculos,
en cristal de roca y guarnecido en plata labrada, que contiene una pequeña
reliquia del Lignum Crucis.
Colección de Relicarios. Sala Capitular |
También se pueden observar en esta sala, bajo el
pavimento acristalado, las lápidas labradas de antiguas abadesas, pues este era
el recinto en que antaño eran enterradas.
SALA DEL PUDRIDERO
En otra de las crujías del claustro se abre esta
sala, que con aspecto de bodega está relacionada con la muerte, puesto que era
el lugar donde eran depositados los restos de los Velasco hasta su
descomposición, pasando después al panteón familiar.
Virgen con el Niño s. XIII y Virgen con el Niño s. XVII. Sala Capitular |
En un ambiente lúgubre, en
los lucillos de las paredes se han dispuesto los restos de las efigies
sepulcrales de Fernán Sánchez de Velasco (1375?), de Juan Fernández de Velasco
(1368-1418) y de su esposa María Solier.
En el centro de la sala se halla colocado, con una
iluminación muy efectista, el célebre Cristo
yacente de Medina de Pomar, una de las obras maestras de Gregorio Fernández, elaborada hacia
1622, que es sin duda una de las grandes joyas de la escultura barroca española del
siglo XVII y uno de los mejores ejemplares de la serie realizada por el gran
maestro en Valladolid, que en tamaño natural rezuma vitalidad a pesar de
representar a Cristo muerto.
Sala del Pudridero |
HORARIO DE VISITAS:
Visitas durante los meses de
junio a septiembre.
De martes a sábados: visitas
guiadas a las 11:30, 12:30, 17:30 y 18:30.
Domingos: visitas guiadas: 11:30
y 12:30.
Lunes cerrado.
Para visitas el resto del año: consultar llamando al 947 191 606
Correo: info@monasteriodesantaclara.es
TARIFAS:
Entrada individual: 3 €
Entrada reducida grupos a partir
de 20 personas: 2 €
Niños hasta 14 años: entrada gratuita.
Gregorio Fernández. Cristo yacente, h. 1622 |
Claustro |
Campana del claustro |
* * * * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario